PARÍS.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha urgido al Gobierno de Francia a que "recobre la estabilidad fiscal" y continúe con las reformas a fin de impulsar la "insuficiente" competitividad de la economía gala.
En una entrevista concedida al semanario francés 'Le Journal du
Dimanche' que se publica este domingo, Draghi reconoce que el Ejecutivo
presidido por François Hollande ha realizado "grandes esfuerzos", pero
enfatiza la importancia de "continuar en el camino de las reformas".
"Francia debe recobrar la estabilidad fiscal para que las
compañías puedan empezar de nuevo a invertir", incide Draghi, en alusión
a las subidas de impuestos decretadas por el Gobierno francés para
reducir el déficit público.
El Gobierno galo también ha emprendido una serie de reformas que
ha tratado de flexibilizar el encorsetado mercado laboral para estimular
la contratación y, asimismo, al sistema de pensiones.
Los últimos datos macroeconómicos franceses, sin embargo, no
denotan mejoría alguna. La tasa de desempleo permanece enquistada en el
11% mientras que la economía gala se contrajo un 0,1% del PIB en el
tercer trimestre.
Las previsiones del Banco de Francia para el último trimestre del
2013 indican un repunte del crecimiento económico del 0,5% del PIB, si
bien el Instituto Nacional de Estadísticas (Insee) lo rebaja una décima
hasta 0,4%.
Preguntado sobre la posibilidad de que el BCE actúe para estimular
la inversión, lo que podría traducirse en una mayor reducción de los
tipos de interés, situados en su mínimo histórico, el 0,25%, Draghi no
ha descartado futuras medidas.
"Siempre estamos listos y podemos actuar en una fecha más
adelante", aduce Draghi, que opina, por otra parte, que Alemania debería
incentivar la inversión, especialmente en infraestructuras, para
mantener la vigorosidad de su economía tras la ronda de reformas que
aplicó a comienzos de este siglo.
El banquero italiano pone el acento en el impulso de la inversión y
en "animar a los bancos a prestar dinero", habida cuenta de que la
incertidumbre financiera en la zona euro "se está retirando" y de la
política monetaria acomodaticia adoptada por el BCE.
Draghi se reafirma en sus compromisos con mantener la estabilidad
en los precios, puesta en cuestión en los últimos meses ante los riesgos
de deflación, que capeó con la bajada de los tipos; y con la protección
de la integridad del euro.
No obstante, su problema número uno, según él, es la elevada tasa
de desempleo a la que muchos gobiernos europeos tienen que afrontar,
aunque también atiende a los potenciales riesgos que puede contener
aquellos países altamente endeudados, como Grecia, a los que insta a
acometer duras reformas estructurales que allanen la senda hacia el
crecimiento.
Por último, Draghi insiste en uno de los asuntos capitales en la
zona euro, la unión bancaria, para apuntalar la estabilidad financiera.
"Debemos primero realizar progresos en la unión bancaria y
completar los programas de reforma y los esfuerzos de reducción de
déficit que han comenzado", sostiene el presidente de la máxima entidad
monetaria de la zona euro.