viernes, 24 de enero de 2014

Argentina relaja el control de cambios tras la devaluación del peso

BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino decidió inesperadamente el viernes flexibilizar su estricto control de cambios después que la moneda local sufriera en la víspera su peor desplome en doce años, en un momento en que se acentúa la sangría de reservas internacionales en su Banco Central.

La administración de la presidenta peronista Cristina Fernández dijo que tomó la medida porque el peso cayó a niveles que considera de "equilibrio", pero políticos opositores y economistas opinaron que el cambio de estrategia muestra una desorientación del equipo económico ante la crisis cambiaria.
El jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, anunció que desde el lunes se levantará la prohibición para la compra de divisas para ahorro y que se reducirá del 35 por ciento al 20 por ciento el impuesto que los argentinos deben pagar para adquirir moneda extranjera.
"Esta decisión obedece a que en el marco de la política cambiaria de flotación administrada el tipo de cambio el Gobierno considera que el precio de la divisa, es decir del dólar, ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica", dijo a periodistas.
De todas maneras, los argentinos deberán seguir pidiendo autorización a la agencia impositiva antes de adquirir divisas, lo que puede ser utilizado por el Gobierno como un filtro para intentar frenar la demanda y evitar una compra masiva de dólares.
El peso reaccionó con una nueva caída al anuncio. A las 11:05 hora local (14:05 GMT) perdía un 1,23 por ciento a 8,10 unidades por dólar, acumulando una pérdida del 19,5 por ciento desde inicios del año.
La devaluación del peso sorprendió al mercado, después de que el Banco Central interviniera a diario durante años para evitar bruscas oscilaciones de la moneda argentina por temor a acelerar la ya elevada inflación.
"De acuerdo a como está el mercado hoy es imposible que el Gobierno o el Banco Central libere el cepo cambiario porque hoy la demanda de dólares supera ampliamente a la oferta y las reservas están en caída", dijo el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli.
Los dólares son escasos en Argentina por la debilidad de sus exportaciones, un pobre nivel de inversión externa ante la desconfianza en su economía y por la falta de acceso a los mercados de crédito internacional desde su enorme suspensión de pagos de 2002.
El Gobierno de la presidenta Cristina Fernández impuso a finales de 2011 el férreo control de cambios para frenar la fuga de capitales, una medida que incluyó la prohibición de la compra de dólares para atesoramiento.
Pero las restricciones no evitaron que las reservas del Banco Central se desplomaran más de un 30 por ciento desde inicios de 2013 y generaran incertidumbres, que terminaron debilitando a la economía.
El jueves, la entidad perdió 180 millones de dólares de sus reservas para caer a 29.263 millones, su menor nivel desde inicios de noviembre de 2006. El nivel de divisas en el Banco Central es crítico para el Gobierno, que las utiliza para honrar sus deudas en moneda extranjera.
Las medidas de control de cambios habían disparado también una fuerte caída del peso en el mercado negro, poniendo presión sobre los precios en un país con una de las mayores inflaciones del mundo, que llegó al 25 por ciento el año pasado según cálculos privados.
"Hay un gran marco de improvisación (en el Gobierno). Creerá el Gobierno que el tipo de cambio con el que se cerró ayer es de equilibrio", dijo el economista Carlos Melconian.
El jueves, el peso argentino registró su mayor caída frente al dólar en casi doce años, al perder un 11 por ciento debido a las dudas sobre la economía y la falta de divisas.
La moneda local cerró a un promedio de 8,0 pesos por dólar en el mercado interbancario tras llegar a derrumbarse un 14,2 por ciento a 8,30 pesos. En el mercado negro, el peso cayó un 7,2 por ciento a 13,10 unidades por dólar, acumulando un retroceso del 23,4 por ciento en el año.

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