CIUDAD DE PANAMÁ.- La crisis en la ampliación del Canal de Panamá,
precipitada por el consorcio que construye las nuevas esclusas por falta
de liquidez, entra en una semana crucial, en la que la Autoridad del
Canal de Panamá (ACP) procurará evitar la suspensión de las obras por
parte de los empresarios.
Mientras el viernes el presidente de la empresa líder de Grupo Unidos
por el Canal (GUPC), la española Sacyr, Manuel Manrique, pidió
"confianza" y aseguró que las negociaciones se mantienen "constantes",
el presidente de la Junta Directiva de la ACP, Roberto Roy, dijo que era
un "error" pensar que querían sacar al consorcio.
Pero, el anuncio de que el lunes estarán en Panamá los representantes
de la aseguradora Zurich International, depositaria de los 600 millones
de dólares de fianza que GUPC puso para iniciar la obra en 2009, llama
la atención, porque es la que puede continuar el trabajo si el consorcio
suspende la construcción del tercer juego de esclusas.
El anuncio lo hizo el administrador del canal, Jorge Quijano, durante
su comparecencia ante los diputados de la comisión de Asuntos del Canal
a mediados de la semana pasada, recordó la prensa panameña.
Hasta ahora las fuentes consultadas en la ACP y en GUPC no han confirmado ni negado el encuentro con la aseguradora.
En una entrevista en la capital panameña, el presidente de
Sacyr, Manuel Manrique, aseguró este viernes que GUPC finalizará la
ampliación, y pidió "confianza" en las conversaciones "constantes" que
mantiene con la ACP para evitar la paralización de las obras por falta
de "flujo de caja" del contratista el próximo día 20.
El GUPC se adjudicó en 2009 el contrato para la construcción de las
nuevas esclusas del Canal por 3.118 millones de dólares, y la ACP ha
desembolsado 2.831 millones de dólares, 784 millones en anticipos
reembolsables, además de 180 millones en costos adicionales que
representan cerca del 6% del valor del contrato.
La Autoridad se mostró el martes pasado dispuesta a sacar un nuevo
adelanto de 100 millones de dólares, otorgar dos meses de moratoria al
pago de un anticipo de 83 millones, y que el GUPC aporte otros 100 para
evitar la paralización y garantizar los trabajos por los próximos "dos a
cuatro meses".
La ACP también ha dicho que el contrato prevé mecanismos para
finalizar la obra sin el contratista original y que está dispuesto a
invocarlos de ser necesario.
Manrique regresó a Madrid el viernes, pero se espera que regrese a Panamá el miércoles próximo.
Pese a que aún no hay una suspensión formal de las obras, GUPC ha
reducido el ritmo de trabajo el 70%, según el diario local La Prensa,
extremo que no ha confirmado la ACP, aunque el sábado pasado reveló que
ha exigido desde diciembre explicaciones al consorcio por recortar la
plantilla y disminuir los trabajos.
Esas explicaciones y otras deben llegar como máximo el próximo 15 de
enero, plazo que pidió GUPC a la ACP cuando le presentó el pliego de
cuestionamientos.
Como ya ha quedado claro que el reclamo original de 1.600 millones de
dólares en sobrecostes se dirimirá en los mecanismos contemplados en el
contrato, que tomarán varios meses, lo que GUPC busca es un
"salvavidas" para proseguir los trabajos porque tiene una "falta de
liquidez", como lo resumió Manrique.
La búsqueda de esa fórmula es lo que requiere del ingenio de las
partes, descartadas ya por la ACP las aspiraciones de que inyecte unos
400 millones de dólares (Sacyr) o 1.000 millones que pidió Impregilo, el
socio italiano del consorcio, que también integran la belga Jan de Nul y
la panameña CUSA.
De lo contrario, el día 20 no solo se suspenderán de hecho las obras,
ya atrasadas ocho meses, sino que la ACP dice que tendrá todas las
cartas en la mano para separar a GUPC, exigir los 600 millones de la
fianza a Zurich International y proseguir el 35 % restante de la
construcción de las esclusas, que deben terminarse en junio de 2015.
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