LONDRES.- Científicos británicos han pedido permiso para llevar a
cabo ensayos al aire libre con un cultivo modificado genéticamente que
esperan que algún día sea una fuente sostenible y ecológica de grasas
Omega-3.
El ensayo propuesto - que probablemente genere controversia en una
nación en la que la comida modificada genéticamente tiene muy poco apoyo
- podría comenzar en mayo y se usarán plantas de Camelina diseñadas
para producir semillas con alto contenido en ácidos grasos de cadena
larga Omega-3.
En Reino Unido no se cultiva ningún transgénico con fines comerciales y sólo dos - un
maíz resistente a pesticidas y una patata con más almidón - cuentan con
licencia en la Unión Europea.
Pero los científicos del laboratorio agrario Rothamsted Research
británico han desarrollado las plantas camelina para producir grasa
Omega-3, conocidas por sus beneficios para la salud, pero que
normalmente se encuentran sólo en pescado, cuyas existencias son cada
vez más limitadas.
La idea, según dijeron a los periodistas en un comunicado sobre sus
plantas, es inicialmente proporcionar al sector de las piscifactorías -
que actualmente consume alrededor del 80 por ciento de los aceites de
pescado extraídos del mar - una fuente que no provenga del pescado de
este Omega-3.
Más allá, probablemente dentro de una década, los aceites Omega-3
modificados genéticamente podrían usarse en alimentos como la margarina,
han dicho los investigadores.
"Ahora tenemos un aceite vegetal reforzado por dos aceites de
pescado cruciales", dijo Johnathan Napier, un profesor de ciencia
vegetal y director de un proyecto de investigación de 15 años que hasta
ahora ha mostrado que las plantas que producen aceite de pescado pueden
crecer exitosamente en invernaderos.
"Sabemos que funciona en invernaderos, ahora (necesitamos ver) si funciona en el mundo real", dijo.
Los investigadores dijeron que aunque la prueba sería al aire libre,
no había ningún riesgo de polinización cruzada entre la planta camelina
y otros cultivos de Reino Unido.
La solicitud para el permiso, enviado al Departamento de medio
Ambiente, Comida y Asuntos Rurales el lunes, está sujeta a consulta
pública y a una investigación llevada a cabo por el comité científico
que monitoriza los planes relacionados con los cultivos genéticamente
modificados.
La decisión se tomará en un plazo de 90 días.
Mientras Reino Unido y la Unión Europea han sido muy reticentes a la
hora de usar cultivos modificados genéticamente, en muchos otros sitios
es algo habitual.
Las primeras semillas modificadas se plantaron en Estados Unidos
hace más de 15 años y hasta ahora no hay pruebas documentadas de que
hayan provocado efectos adversos en la salud de las personas que han
comidos productos derivados de ellas.
Los cultivos modificados también son importados a Reino Unido y se usan para producir ingredientes para comida humana y animal.
Aunque reconoció que puede que haya cierta oposición pública contra
la idea de un trabajo de campo de modificación genética, Napier dijo que
espera que la potencial mejora para la salud y la protección del medio
ambiente convencerá a los escépticos sobre el valor del proyecto.
"Si tienes un cultivo que tiene potenciales beneficios para la
salud, la sostenibilidad y para el medio ambiente, y podemos asegurar
eso claramente, la gente entonces verá que esto es algo bueno para
llevar a cabo", dijo el científico.
Los aceites omega-3 que se encuentran en el pescado son conocidos
por ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
incluidos ataques al corazón y derrames.
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