sábado, 11 de enero de 2014

La crisis política reforzó la unidad del Gobierno luso de coalición, según su "número dos"

LISBOA.- El "número dos" del Ejecutivo portugués, Paulo Portas, aseguró hoy que la crisis política registrada en el mes de julio con su anuncio de dimisión tuvo efectos positivos y acabó por reforzar la unidad de la coalición gubernamental.

En declaraciones a los periodistas antes de comenzar el congreso de su partido, el democristiano CDS-PP, Portas defendió su actuación en aquel episodio, cuando afirmó que su decisión de abandonar el Gobierno era "irrevocable" pero terminó dando marcha atrás tras ganar peso en su seno.
El riesgo de que la alianza entre los dos partidos conservadores que conforman el Ejecutivo portugués se rompiera provocó la inmediata reacción de los mercados, que exigieron mayores intereses para comprar deuda soberana del país, lo que también generó fuertes críticas hacia Portas.
"Lo cierto es que la crisis fue superada, y a mi modo de ver, el Gobierno está más fuerte ahora y la economía también se beneficia de eso", argumentó.
Portas, que además de viceprimer ministro es el líder del CDS-PP (el partido con asiento en el Parlamento escorado más a la derecha del espectro político), insistió en que no actuó "por capricho o por enfado".
"El partido debe saber únicamente que hice lo que hice como último recurso, por entender que si nada se hacía, podía deteriorarse nuestra coalición y se corría el riesgo de lo que es esencial para todos: tener un Gobierno capaz de vencer el rescate", aseveró.
Su anuncio de dimisión, justificada entonces por divergencias de cariz estratégico con el primer ministro, Pedro Passos Coelho (líder a su vez del también gobernante Partido Social Demócrata), derivó en una negociación que otorgó al CDS-PP más poder dentro del Ejecutivo.
De hecho, Portas ascendió a "número dos" al ser nombrado viceprimer ministro -cargo que no existía en Portugal desde hacía tres décadas-, y otro democristiano, António Pires de Lima, fue elegido nuevo ministro de Economía.
Hoy, Portas insistió en que el anuncio de su dimisión pretendía poner de relieve "que el Gobierno necesitaba asumir un nuevo ciclo y una nueva fase más virada hacia la economía, las empresas y el empleo, con mayor equilibrio entre lo financiero y lo económico, y también con mayor cohesión entre los socios" de la coalición.
La crisis política del pasado verano fue el momento de mayor tensión que ha vivido la alianza gubernamental desde que los socialdemócratas y los democristianos decidieran sumar fuerzas en junio de 2011, después de las elecciones legislativas que desbancaron a los socialistas del poder tras seis años en el Ejecutivo.

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