MADRID.- España, que ha vuelto a despertar el apetito de los
inversores en 2013, espera reducir los costes para financiar los 242.370
millones de euros brutos que necesita captar en 2014 en el mercado de
la deuda.
De esta cantidad, superior al objetivo de 2013 (230.000 millones),
espera captar 133.280 millones en deuda a medio y largo plazo (frente a
los 121.300 millones del año pasado). Esto incluye el reembolso de deuda
ya emitida. Según el calendario divulgado por el ministerio de
Economía, los meses de mayores necesidades serán enero, marzo, julio y
octubre.
Sin contar estos vencimientos, las necesidades de financiación neta
de España se elevan a 65.000 millones a lo largo de 2014, de ellos,
23.000 millones se destinarán a las comunidades autónomas, lo que supone
un 10% menos que el pasado año. "Para 2014, el Tesoro persiste en los
objetivos de abaratar el coste, mantener o ampliar la vida media y
diversificar la base de inversores", dice el ministerio en un
comunicado.
El Tesoro no descarta emitir títulos ligados a la inflación este año, "si se dan las condiciones adecuadas", agrega.
La calma volvió a los mercados para España en 2013 gracias a la
intervención decisiva del Banco Central Europeo (BCE), tras un 2012
turbulento en el que la acosaron para que pidiera un rescate al igual
que lo habían hecho antes Grecia o Irlanda. En el último trimestre del
pasado año, dejó atrás la recesión en la que estuvo sumida más de dos
años. Gracias a la distensión, "el coste medio de las emisiones ha
bajado al 2,45%, medio punto inferior al de 2012", según el ministerio.
El pasado año, el país superó sus objetivos de financiación, captando
236.700 millones de euros (de ellos 128.400 millones a medio y largo
plazo). "En 2013 España ha recuperado credibilidad y confianza" y el
"esfuerzo realizado hasta ahora marca el punto de partida de la
recuperación pero no el fin de la crisis", advierte. "España deberá
perseverar en las reformas y en el ajuste fiscal para que la
recuperación se consolide y la economía salga fortalecida", asevera.
El país, debilitado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en
2008, sigue afectado por un desempleo récord, de cerca del 26%, lo que
socava el consumo interno, mientras que los bancos, que recibieron una
ayuda financiera europea a cambio de estrictas condiciones, no han
abierto el grifo de los créditos, frenando la recuperación económica.
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