DUBLÍN.- El primer juicio contra tres antiguos banqueros en Irlanda
comenzó el viernes, en el primer caso de este tipo desde la crisis
financiera que obligó al país a aceptar un rescate internacional de
85.000 millones de euros.
Los tres antiguos directivos del Anglo Irish Bank se declararon no
culpables de los cargos de proporcionar asistencia financiera ilegal al
prestar dinero a otros para comprar las acciones del banco, impulsando
su precio en bolsa.
El mediático juicio del antiguo presidente y consejero delegado Sean
FitzPatrick y de otros dos altos cargos, Willie McAteer y Pat Whelan,
podría prolongarse durante meses.
La crisis bancaria en Irlanda costó a los contribuyentes más de
60.000 millones de euros, alrededor del 40 por ciento del Producto
Interior Bruto doméstico, lo que obligó al país en 2010 a tomar un
préstamo de emergencia de la Unión Europea y del Fondo Monetario
Internacional.
Aunque Dublín ha completado su rescate y la economía está volviendo a
crecer, sigue teniendo uno de los niveles más altos de Europa de deuda
nacional y aún tiene que aplicar más medidas de austeridad para
garantizar unas bases sólidas de crecimiento.
"El principal delito aquí es que Anglo proporcionó cierta asistencia
financiera para la compra de sus propias acciones", dijo el juez Martin
Nolan a los potenciales jurados, cientos de los cuales se presentaron a
la selección.
Los tres acusados se sentaron en el banquillo con trajes oscuros,
FitzPatrick con los brazos cruzados, mientras se hacía la selección del
jurado.
Los tres habrían proporcionado créditos a inversores conocidos como
"los diez del arce" y a la mujer y los cinco hijos del empresario
arruinado Sean Quinn para permitirles comprar acciones del banco. La
condena máxima a la que se enfrentan es de cinco años por cada cargo.
Whelan, antiguo director gerente del banco para Irlanda, afronta
siete cargos más de que tuvo conocimiento de alteración fraudulenta de
documentos dirigidas a siete inversores con las condiciones de los
préstamos. También se declaró no culpables de esos cargos.
El banco, cuyo hundimiento costó a los irlandeses unos 30.000
millones de euros, fue puesto en un proceso de liquidación acelerada por
parte del Gobierno hace un año.
La explosión de la burbuja inmobiliaria hundió al país de 4,6
millones de habitantes en una profunda crisis y recesión, y muchos
irlandeses sufrieron el recorte de sus salarios y la subida de los
impuestos para ayudar a pagar las deudas resultantes del rescate.
Nolan dijo que aquellos que tuvieran acciones o hubieran trabajado
en el banco u otras instituciones financieras o tuvieran una opinión
formada sobre Anglo Irish no podrían formar parte del jurado.
"Cualquier miembro del jurado que hubiera expresado su opinión de un
modo u otro en público, en Facebook o en Internet, debería excluirse",
dijo el magistrado a los potenciales jurados.
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