PARÍS. El presidente francés, François Hollande,
propuso a las empresas reducirles las cotizaciones sociales a
cambio de crear empleo, que sigue siendo su primera prioridad al término
de un año que se cierra sin que se haya materializado con claridad su
promesa de disminuir el desempleo.
"Propongo un pacto de responsabilidad a las empresas" basado en
"menos cotizaciones sobre el trabajo" y menos restricciones a la
actividad a cambio de "más contrataciones y más diálogo social", señaló
Hollande, en el tradicional discurso radio-televisado de fin de año.
Avanzó que a comienzos de 2014 se votará una ley para "traducir lo más rápido posible esta reforma en la realidad".
El presidente socialista reconoció que el que termina ha sido un año
"difícil porque la crisis se ha revelado más fuerte y más profunda de lo
que habíamos previsto" y "el estado del país" ha necesitado un
incremento de los impuestos que -admitió- han alcanzado un nivel "muy
alto".
"El paro ha seguido a un nivel elevado, aunque la tendencia estos
últimos meses mejora", comentó como única referencia a la meta que se
había fijado para 2013 de invertir la curva ascendente del desempleo.
En cualquier caso, reiteró que "sólo (tiene) una prioridad, un objetivo, un compromiso: el empleo".
Paralelamente, anunció que en 2014 tiene previsto asumir una serie de
"decisiones fuertes", tres de las cuales calificó de "esenciales".
Se trata en primer lugar de "reducir el gasto público" porque a su
juicio se puede "hacer más gastando menos" en las administraciones
públicas, pero también en la Seguridad Social, donde hay que "acabar con
los excesos y con los abusos".
Hollande asumió personalmente "la responsabilidad y el seguimiento de
este programa" de recorte del gasto público durante su mandato, que
termina en 2017, y que pretende, entre otras cosas, reducir la
fiscalidad, una cuestión de actualidad teniendo en cuenta que mañana
entra en vigor una subida del IVA (del 19,6 % al 20 % en el tipo general
y del 7 al 10 % en el intermedio).
Las otras dos grandes decisiones de este nuevo año son simplificar
los procedimientos administrativos, porque "hacer todo más fácil es la
condición para que seamos más atractivos", y "la transición energética".
El jefe del Estado francés se felicitó porque en el ejercicio que
finaliza hoy "Europa ha conseguido superar por fin la tormenta
financiera que atravesaba desde 2008", y marcó sus intenciones de cara a
las elecciones al Parlamento Europeo en mayo.
"Deben ser la ocasión para promover una mayoría política centrada en
el empleo y en la solidaridad, y no en la austeridad ni en el egoísmo
nacional", comentó.
El líder socialista francés, que se definió como "heredero de todas
las generaciones que han luchado por Europa", cargó contra los que
quieren restituir "las viejas fronteras pensando que les protegerán" y
contra los que quieren la salida del euro, en una referencia indirecta
al Frente Nacional, al que las encuestas presentan como el primer
partido de Francia de cara a los comicios europeos.
En esa línea, adelantó que la próxima primavera adoptará, junto a las
autoridades alemanas, "iniciativas para dar más fuerza" a la Unión
Europea.
El presidente se mostró convencido de que "Francia tiene todas las
bazas para tener éxito" gracias a su cultura de innovación e insistió en
que su país "será fuerte si sabemos unirnos en lo esencial", es decir,
en su futuro económico, "si es solidaria" y si se muestra "intratable en
el respeto" de principios entre los que citó la seguridad, la
independencia de la justicia y el laicismo.
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