BANGKOK.- Tailandia se encamina a un duelo político en que manifestantes
antigubernamentales apuntan a sabotear una elección mediante el cierre
de Bangkok la próxima semana, en medio de una crisis que ha dividido al
país y que probablemente reduzca el crecimiento económico este año.
La primera ministra Yingluck Shinawatra afronta una creciente
oposición en Bangkok antes de las elecciones del 2 de febrero en que se
prevé que sus partidarios en el norte rural la llevarán nuevamente al
poder, si existen las condiciones para que las elecciones se realicen.
Miles de manifestantes marcharon por Bangkok el domingo como un
preludio a protestas que comenzarán el 13 de enero, cuando planean
bloquear oficinas del Gobierno y ocupar intersecciones clave durante
días en un intento por forzar la salida de Yingluck y anular los
comicios.
Los manifestantes acusan a Yingluck de ser una marioneta de su
hermano autoexiliado y ex primer ministro, Thaksin Shinawatra, al que
acusan de ser un capitalista corrupto que usó dinero de los
contribuyentes para comprar su respaldo electoral con dádivas
populistas.
Los opositores a Yingluck quieren que un "consejo del pueblo"
supervise una vaga plataforma de reformas, que incluya cambios
electorales y la descentralización del poder en un período de 12 meses
antes de cualquier elección.
El ministro de Comercio, Niwattumrong Boonsongpaisan, dijo el lunes
que el crecimiento de 2014 podría ser de un 3,0 por ciento a un 3,5 por
ciento si las protestas continúan.
Eso se debería principalmente a un retraso en gastos de
infraestructura por 65.000 millones de dólares, que el Gobierno esperaba
que compensara una baja en las exportaciones que responden a cerca de
un 60 por ciento de la economía.
El Gobierno pronosticaba un crecimiento del producto interior bruto
(PIB) de un 4,0 por ciento a un 5,0 por ciento este año. El 26 de
diciembre, el Ministerio de Finanzas estimó una expansión del 3,5 por
ciento si al estancamiento político continuaba.
Se prevé que los mercados tailandeses enfrenten presión por la creciente incertidumbre.
Yingluck, de 46 años, se niega a posponer las elecciones, ya que
afirma que sería inconstitucional. Cualquier retraso podría aumentar la
incertidumbre y hacer más difícil el funcionamiento de su Gobierno.
El lunes, la primera ministra llamó a los manifestantes a considerar la economía.
"Pido a los manifestantes que no cierren las oficinas del Gobierno el 13 de enero", declaró a periodistas.
"Muchos países han indicado que están preocupados por el hecho de
que si las protestas no terminan, Tailandia se vea afectada de muchas
maneras, particularmente en términos de su economía", añadió.
Las protestas han sido mayormente pacíficas, aunque los
enfrentamientos entre policías antimotines y manifestantes
antigubernamentales se endurecieron el mes pasado, con cientos de
personas hospitalizadas y tres muertos por balas disparadas por
desconocidos.
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