LISBOA.- El primer ministro portugués, el conservador Pedro
Passos Coelho, emplazó hoy al principal grupo de la oposición, el
Partido Socialista (PS), a lograr un acuerdo sobre los límites del gasto
público después de la salida de la "troika".
El líder del Partido Social Demócrata (PSD) sostuvo que es posible
conseguir un "entendimiento amplio" con los socialistas para fijar
límites en el gasto del Estado a medio plazo.
El Gobierno luso espera acabar este mayo el programa de ajustes
acordado con la UE y Fondo Monetario Internacional (FMI) en mayo de 2011
a cambio de ayuda externa y en cuyos objetivos se fijaba la reducción
del déficit público.
Una vez acabado ese plan, un consenso entre el Gobierno y el PS sobre
la "involución del gasto a medio plazo" ayudaría al país a tranquilizar
a los mercados y mantener a la baja los intereses de la deuda lusa,
defendió el primer ministro.
"Es muy importante reivindicar este aspecto: debemos buscar en
materias que son de fondo, un entendimiento lo más amplio posible",
recalcó el jefe del Ejecutivo en un acto de partido.
Ese acuerdo debe traducirse en "trabajo concreto" y puede llevarse a
la práctica de una forma "más discreta" o "más abierta", sugirió Passos
Coelho.
Los socialistas, que lideran las encuestas, han reconocido que uno de
sus objetivos políticos es también la reducción del gasto público,
aunque han demandado una consolidación fiscal más lenta y han criticado
con acritud las medidas de austeridad aplicadas por el Gobierno
conservador desde su llegada al poder en junio de 2011.
El verano pasado, los conservadores abrieron un diálogo con los
socialistas auspiciado por el presidente de la República, el conservador
Aníbal Cavaco Silva, tras una crisis de la alianza conservadora.
No obstante, el líder del PS, António José Seguro, dio por acabadas
las conversaciones por la falta de consenso sobre el límite de los
ajustes y reformas.
Pese aquel fracaso, el Ejecutivo luso, que cuenta con el apoyo
parlamentario de los democristianos del CDS-PP, ha insistido en la
búsqueda del consenso mientras estudia la estrategia para volver a
financiarse de manera autónoma en los mercados después de casi tres años
de apoyo de sus acreedores internacionales.
Desde el inicio del año, señales positivas como la bajada sostenida
de las tasas de interés, el éxito de la primera subasta de deuda a largo
plazo o la retirada de la vigilancia negativa en la nota de la agencia
de medición Standard & Poor's se han interpretado como un aumento de
la confianza de los inversores.
Sin embargo, el Ejecutivo todavía no ha declarado bajo qué
condiciones Portugal volverá a los mercados y sigue sin descartar un
mecanismo de apoyo de sus socios europeos que actúe como una "red de
seguridad" en su financiación.
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