DAVOS.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ofreció hoy en
el Foro Económico Mundial un discurso en el que destacó las
oportunidades de inversión en el país, y defendió los esfuerzos de su
Administración para controlar la inflación y alcanzar la estabilidad.
Su intervención en este encuentro en la localidad alpina de Davos
estuvo plagada de estadísticas con las que despejar las dudas sobre la
ralentización de su economía, y apostar por el futuro que se encuentra
en sectores como el del transporte, la energía, la sanidad o la
educación.
El objetivo, según destacó, es superar el "cuello de botella"
resultado de "décadas de falta de inversión", dejando claro el potencial
que ofrece su creciente clase media, y el hecho de que su gobierno
federal "tiene las cuentas bajo control" y un "sistema financiero
sólido".
Rousseff añadió que las economías emergentes van a seguir teniendo un
"papel estratégico" en el panorama resultante de la superación de la
crisis, y subrayó la intención de Brasil de convertirse en un exportador
"sustancial" de hidrocarburos".
Asimismo, y tras haberse reunido con el presidente de la FIFA, Joseph
Blatter, aseguró de nuevo ante el auditorio de Davos que su país estará
preparado para acoger el próximo junio el Mundial de fútbol.
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