MADRID.- El 33,8 % de los niños españoles (2.826.549 menores) viven en riesgo de pobreza o exclusión social
debido a que sus familias sufren problemas de alimentación y vivienda o
carecen de recursos para comprar material escolar o ropa.
Son
datos del estudio realizado por Save the Children "2.826.549 Razones. La
protección de la infancia frente a al pobreza: un derecho, una
obligación y una inversión", que se enmarca en la campaña "Y a mí,
¿quién me rescata?", que se puede ver desde hoy en televisiones y redes
sociales.
La campaña pretende recaudar al menos 2,8 millones de
euros, de forma simbólica un euro por cada niño con problemas por la
crisis, con los que esta organización atendería a 25.000 menores con sus
respectivas familias, frente a los 16.000 que asistió en 2013 a través
del programa "Los niños primero".
El informe alerta de que un 45,6
% de los menores que viven en familias monoparentales están en riesgo
de pobreza, una cifra que asciende al 57,6 % en el caso de los niños cuyos padres no alcanzaron la educación secundaria.
Además,
la mitad de los niños con al menos uno de sus padres de origen
extranjero se enfrentan a este riesgo de pobreza, en el que incurren las
familias con ingresos inferiores al 60 por ciento de la renta mediana
del país y que además tienen privaciones materiales y limitaciones en el
empleo del hogar, entre otros indicadores.
"La escasez de inversión pública en políticas de protección a la infancia tiene un efecto demoledor sobre los niños; seguimos a la cola de la UE en inversión de infancia",
ha lamentado el director general de Save the Children, Alberto Soteres,
quien ha recordado que el Estado tiene la obligación de garantizar los
derechos de la infancia, "que son líneas rojas que no se pueden
traspasar".
En España, el porcentaje de PIB destinado a políticas
de protección social es del 25,19 %, 3,7 puntos por debajo de la media
de los países de la UE, indica el informe, a pesar de que la tasa de
pobreza infantil española es de las más altas, sólo superada por
Bulgaria, Rumanía, Hungría, Letonia, Grecia, Italia e Irlanda.
La
coordinadora del informe, Aurea Ferreres, ha destacado que "detrás de la
cifra de los 2,8 millones se esconden historias reales de personas que
están sufriendo la crudeza de una pobreza de la que no son responsables"
y ha advertido de que "no invertir en infancia es tener ceguera e hipotecar el futuro de un país".
Los
profesionales de Save the Children que atienden de forma directa a las
familias han constatado "un empeoramiento de las condiciones de vida de
los niños", refleja la investigación.
Así, ocho de cada diez
tienen carencias que las colocan en una situación de privación infantil,
en una de cada cuatro sus hijos no comen fruta ni verduras diariamente,
y en el 20 por ciento de las familias los niños no han estrenado ropa y
no tienen más que un par de zapatos.
El informe recoge casos particulares relatados en primera persona por algunas de las familias e incluso por los propios niños.
"Hace
dos semanas me pidieron un libro de leer y yo se lo dije a mamá y me
dijo que hoy no podía, pero que mañana o pasado sí. Y aún no ha podido y
ya no sé qué decirle al profesor, me da vergüenza ir a clase sin el libro, no quiero ir", cuenta Nacho, de 10 años.
Save
the Children recomienda al Gobierno hacer un diagnóstico de la
situación de pobreza, recuperar las prestaciones por nacimiento e hijos a
cargo o ampliar la moratoria en los procesos de ejecución hipotecaria a
todas las familias con hijos menores de 18 años.
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