jueves, 27 de febrero de 2014

El desempleo, obstáculo infranqueable del gobierno francés

PARÍS.- Las estadísticas sobre el desempleo en Francia correspondientes a enero muestran que este problema sigue hoy su marcha ascendente, iniciada hace más de dos años, y está lejos de hallarse una solución permanente. 

De acuerdo con el Ministerio de Trabajo, en el primer mes del año se registraron 8.900 nuevos casos de personas en edad laboral que no tienen ningún tipo de ocupación y el total se eleva ahora a 3.316.000, algo nunca visto en el país.

Mientras, la cifra de quienes tienen un contrato por algunas horas a la semana con salarios reducidos se incrementó en 25.000

Si se suman ambas categorías, en estos momentos son más de cuatro millones 900.000 los franceses con serios problemas para hallar una colocación que les permita resolver sus necesidades básicas y las de su familia.

Durante 2013 el presidente François Hollande reiteró su promesa de comenzar a revertir la curva ascendente de este fenómeno antes de diciembre, pero fracasó en su empeño a pesar de la implementación de varios programas, como "Empleos del futuro" y "Contrato de generación".

A estos planes se agregan los empleos subsidiados, como se conoce a los puestos temporales, de tres a seis meses de duración, abiertos por las empresas privadas a cambio de un beneficio económico o fiscal otorgado por el Gobierno.

Desde principios de este año un nuevo proyecto se sumó a la denominada "caja de útiles" del ejecutivo destinada a frenar el desempleo, considerado como una de las principales causas de descontento entre la población.

Se trata del Pacto de Responsabilidad entre el Gobierno y las empresas privadas, cuyo mecanismo fundamental consiste en otorgar a los patronos beneficios fiscales y administrativos para bajar sus costos de mano de obra y mejorar su productividad.

A cambio, éstos deben comprometerse a crear nuevas fuentes de trabajo, incrementar sus inversiones en el país y propiciar el diálogo social para disminuir las tensiones con las organizaciones sindicales.

El plan recibió críticas de ambos lados. Los gremios lo consideran un regalo a los empresarios sin suficientes garantías de que cumplirán sus obligaciones, mientras los empleadores aceptan las ventajas, pero rechazan comprometerse con la apertura de un número fijo de puestos.

Según el ministro de Trabajo, Michel Sapin, este nuevo proyecto permitirá crear en un mediano plazo 300.000 empleos, pero su afirmación contrasta con las proyecciones publicadas esta semana por la Comisión Europea.

Bruselas señaló que la tasa de paro seguirá creciendo en 2014 y se estabilizará en 11 por ciento de la población laboral, o sea medio punto por encima de la actualidad.

Esta estimación coincide con el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (Ofce), que prevé un plazo de dos años para comenzar a reducir efectivamente esta dificil situación.

El meollo del problema no está en la falta de medidas o de voluntad política, precisa la Ofce, sino en una situación objetiva: el débil crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que en 2012 estuvo estancado y el año pasado solo subió en tres décimas de punto.

Marion Cochard, especialista del Observatorio señala que el país está todavía en una etapa de austeridad presupuestaria y un severo rigor en el gasto público, señales claras de la persistencia de la crisis económica.

Para este año el ministerio de Economía y Finanzas fijó una meta de 0,9 por ciento de alza del PIB, que podría llegar hasta el 1,1 según la Comisión Europea.

En todo caso, señala el Ofce, está por debajo del 1,5 por ciento considerado indispensable por los economistas para comenzar a crear una cantidad suficiente de puestos destinados a quienes están sin trabajo y absorber, al mismo tiempo, a los que arriban a la edad laboral.

Las estadísticas de enero se difundieron casi cuatro semanas antes de las elecciones municipales, cuando se cambiarán los gobiernos locales en más de 36.600 comunas, incluyendo las principales ciudades del país.

Estos comicios se consideran aquí como una especie de examen de los resultados del trabajo gubernamental, y también una proyección de lo que podría ocurrir en 2017, cuando estará en juego el Palacio del Elíseo.

La falta de trabajo, junto al aumento de los impuestos y el alza del costo de la vida figuran entre los problemas que podrían orientar el voto en este evento, destacan los expertos.

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