martes, 18 de febrero de 2014

Merkel dice que el desafío suizo es seguir cerca de la Unión Europea tras la consulta sobre inmigración

BERLÍN/PARÍS.- La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió el martes de no apresurarse a tomar represalias contra Suiza por el referéndum para frenar la inmigración, afirmando que a Europa le interesaba más esperar a ver la forma en que se aplica el resultado de la consulta.

"No puede ser que porque una parte haga algo en un área específica, la otra diga que no funciona nada en otras áreas", dijo Merkel tras reunirse con el presidente suizo, Didier Burkhalter, que también es ministro de Exteriores del país.
"En primer lugar, hemos de ver la forma en que Suiza aplica esta votación en los próximos tres años. Lo veremos. Y al final de los tres años, tendremos que decidir las consecuencias. Soy contraria a decidir sobre las consecuencias desde el comienzo mismo, y no esperar al proceso de aplicación en Suiza", añadió.
El 9 de febrero, los votantes suizos respaldaron por un estrecho margen las propuestas para recortar la inmigración de la UE. El voto fue respaldado por el Partido Popular suizo (SVP, por sus siglas en inglés), que aprovechó la preocupación de la población respecto a que la cultura suiza se está viendo erosionada por los extranjeros, que representan casi un tercio de la población del país.
Desde 2002, Suiza cuenta con un acuerdo con la Unión Europea que permite el libre movimiento de trabajadores. La reciente consulta amenaza ese pacto, y con él un paquete de acuerdos de cooperación económica y tecnológica.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha advertido de que la votación tendrá "graves consecuencias" para los vínculos con los Veintiocho, que ya ha pospuesto las conversaciones con los suizos sobre programas educativos y de investigación valorados en miles de millones de euros.
Suiza, a cambio, ha dicho ya que no puede firmar un pacto de mercado laboral con Croacia, nuevo miembro de la UE.
Con una postura más estridente que la de Alemania, el ministro de Industria francés dijo que el referéndum suponía un "suicidio colectivo". Arnaud Montebourg dijo que las exportaciones suizas se verían afectadas y que "Suiza se empobrecería".
El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, ha dicho que París revisaría sus relaciones diplomáticas, sin especificar cómo.
Los líderes empresariales suizos temen que el acceso a profesionales extranjeros se vea golpeado por la burocracia y que los acuerdos bilaterales con la UE, el principal socio comercial del país, se verían minados.
Burkhalter, en declaraciones junto a Merkel, dijo que el comercio entre Suiza y Alemania, de unos 75.000 millones de euros, representaba aproximadamente la mitad del volumen comercial de Alemania con China y que aproximadamente 350.000 alemanes trabajan actualmente en Suiza.
"El desafío será ahora abordar los resultados de una forma que las relaciones entre la Unión Europea y Suiza sigan siendo lo más intensas posibles, respectando el referéndum", dijo Merkel, que prometió trabajar para una solución que respete el voto suizo pero "no dañe más los propios intereses de la UE".


Suicidio colectivo

El ministro de Industria francés, Arnaud Montebourg, ha asegurado este martes que el referéndum por el que se ha aprobado en Suiza la reintroducción de las cuotas de inmigración de ciudadanos procedentes de la Unión Europea equivale a un "suicidio colectivo".
   "Le tengo mucho respeto al sufragio universal, pero esto es un suicidio colectivo para los suizos", ha afirmado Montebourg en declaraciones a la emisora France Inter. "Como respuesta, se impondrán aranceles (...) a las exportaciones suizas, por lo que Suiza se empobrecerá a sí misma", ha añadido.
   El ministro de Industria, que es miembro del Partido Socialista, ha afirmado que el reciente referéndum demuestra cómo las políticas de extrema derecha pueden remodelar las leyes de un país.
   Montebourg ha hecho estas declaraciones a dos meses de que se celebren las elecciones locales en Francia, en las que se prevé un aumento del apoyo al partido de ultraderecha liderado por Marine Le Pen, el Frente Nacional.
   La propuesta, impulsada por el Partido Popular suizo y aprobada hace ahora una semana, logró el respaldo del 50,3 por ciento de los votantes frente al 49,7 por ciento que la ha rechazado, según datos oficiales. La participación ha sido del 56,5 por ciento.
   La iniciativa "contra la inmigración en masa" busca reintroducir las cuotas de entrada de extranjeros en el país y renegociar con la Unión Europea los términos del acuerdo Schengen sobre la libre circulación de personas.
   La medida afectaría a los hasta 80.000 trabajadores extranjeros --tres cuartas partes de ellos procedentes de países de la Unión Europea-- que llegan cada año a Suiza desde la introducción hace 15 años del acuerdo de libre circulación con la UE.
   Sin embargo, el sector empresarial suizo teme que esta medida pueda dañar la economía del país, que depende de los profesionales extranerjos, aumentando la burocracia y socavando los acuerdos bilaterales con la UE, el mayor socio comercial del país.
   Después de conocer el resultado del referéndum, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius, advirtió de que París revisará sus relaciones diplomáticas con Suiza.

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