domingo, 23 de febrero de 2014

El G-20 aspira a un crecimiento económico más rápido aunque sin hoja de ruta


SIDNEY.- Las mayores economías del mundo adoptaron la meta de generar más de dos billones de dólares (1,45 billones de euros) en producción adicional en los próximos cinco años y crear decenas de millones de nuevos empleos, en una señal de optimismo que quiere mostrar que las severas medidas de austeridad adoptadas durante la crisis son parte del pasado.

El comunicado final tras los dos días de reuniones de ministros de finanzas y jefes de bancos centrales del Grupo de los 20 en Sídney dijo que se tomarían acciones concretas para aumentar la inversión y el empleo, entre otras reformas. El grupo representa un 85 por ciento de la economía global.
"Desarrollaremos políticas ambiciosas pero realistas con el fin de elevar nuestro PIB colectivo en más del 2 por ciento sobre la trayectoria que implican las actuales políticas en los próximos cinco años", decía el comunicado del G-20.
El jefe del Tesoro de Australia, Joe Hockey, quien fue anfitrión del encuentro, promocionó el plan como un nuevo inicio para la cooperación en el G-20.
"Le estamos poniendo un número por primera vez (...) poniendo un número real a lo que intentamos lograr", dijo Hockey en una conferencia de prensa. "Queremos agregar más de 2 billones de dólares adicionales en actividad económica y decenas de millones de nuevos empleos", sostuvo.
El aumento de ritmo buscado elevaría la producción mundial en un nivel mayor que el Producto Interior Bruto (PIB) anual de Rusia, la octava mayor economía del planeta.
El acuerdo era un gran logro para Hockey, quien impulsó la meta de crecimiento ante el escepticismo de Alemania, entre otros.
"Las tasas de crecimiento que pueden lograrse son resultado de un proceso muy complicado", dijo el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, tras el encuentro.
"Los resultados de este proceso no pueden ser garantizados por políticos", sostuvo.
Australia preside el G-20 este año, después de Rusia el 2013 y antes de Turquía el próximo año.
Al cambiar el enfoque hacia las reformas que elevarían y sostendrían el crecimiento global durante los próximos años, el grupo reconoció que la política monetaria necesitaría "seguir expansiva en varias economías avanzadas y debería normalizarse a su debido tiempo".
El plan toma prestado gran parte de un documento preparado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la reunión de Sídney, en el que se estima que las reformas estructurales elevarían el crecimiento mundial en 0,5 puntos porcentuales por año en los próximos cinco años, impulsando la producción global en 2,25 billones de dólares.
El FMI pronostica un crecimiento global de un 3,75 por ciento para este año y un 4 por ciento en 2015.
Sin embargo, no hay una hoja de ruta sobre cómo los países pretenden lograrlo o las repercusiones de no hacerlo. El objetivo era fijar la meta ahora y que posteriormente cada país desarrolle un plan de acción y estrategia de crecimiento para entregarlos en una cumbre de noviembre entre líderes del G-20 en Brisbane.

Matizaciones al documento

El grupo de las 20 mayores potencias económicas del mundo (G-20), que se ha fijado como objetivo para los próximos cinco años aumentar el crecimiento dos por ciento o más, de acuerdo con el comunicado final de la cumbre, tiene matizaciones.
   "El plan es conseguir un incremento potencial del Producto Interior Bruto (PIB) del G-20 del dos por ciento o más. No tenemos una planificación central del G-20 para cada uno de los países", ha explicado el secretario del Tesoro de Australia, país anfitrión, Joe Hockey.
   En este sentido, Hockey ha asegurado que, para la próxima cumbre del G-20, que se celebrará en la ciudad de Brisbane los días 15 y 16 de noviembre, "cada país llevará (...) su plan general para el crecimiento económico".
   Este objetivo, uno de los centros de discusión de la cumbre junto con la armonización de las políticas monetarias entre los bancos centrales, extrae un compromiso del G-20 --que representa el 85 por ciento de la economía global-- de adoptar medidas concretas para incrementar la inversión y hacer repuntar el empleo, entre otras reformas, según diversas fuentes.
   "Nuestro objetivo es elevar el crecimiento global durante los próximos cinco años más de 2 billones de dólares (1,5 billones de euros), creando decenas de millones de nuevos puestos de trabajo en todo el planeta. Sabemos que tenemos que crear políticas para dicho cometido", ha indicado.
   "Cada uno de los países tendrán que realizar un fuerte aumento (de las tasas de crecimiento), ya que habrá diferentes desafíos para los distintos países", ha argumentado Hockey, que pone fin así a la tónica predominante de las últimas cumbres en las que el debate giraba en torno al difícil equilibrio de las políticas de austeridad con las del impulso del crecimiento.
   El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, ha señalado que "estamos viendo una recuperación que está ubicándose en un lugar más seguro pero que está afrontando desafíos".
En la jornada del sábado, el ministro de Finanzas de Francia, Pierre Moscovici, abogó por un repunte ambicioso pero "no realista" del ritmo de crecimiento mundial que rondara el 2,5% en los próximos cinco años, al tiempo que Alemania aceptaba un objetivo global a condición de que no se establezcan objetivos individuales.
   Por otra parte, Hockey ha confirmado que las economías desarrolladas han reconocido que sus políticas monetarias "van a tener un impacto en las economías emergentes", como ya lo han tenido en Brasil o Turquía. La volatilidad de los mercados emergentes registrada en las últimas semanas se ha acentuado por la reducción del programa de compra de bonos de la Reserva Federal.
   El secretario del Tesoro de Australia ha incidido en que ha habido un "reconocimiento apropiado" de los países desarrollados "tendrán en cuenta" el impacto que causan sus políticas monetarias en los mercados emergentes en el "futuro predecible", al tiempo que ha instado a China a que sea "realista" sobre la capacidad de crecimiento que mantiene.
   Sobre la regulación, Hockey ha argüido que hay una disposición de responder a "parte de ese fanatismo por la regulación de los mercados" que prevalece en "algunas jurisdicciones", aunque apuesta por cerciorarse de que las "reformas en regulación, importantes, se realizan y se concluyen" para encarrilar una "atmósfera reguladora más estable".
   Al respecto, Lew ha precisado que el G-20 ha "avanzado" en la reforma fiscal que pretende "garantizar que las compañías multinacionales paguen su justa parte" de los impuestos en cada uno de los países.

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