lunes, 10 de febrero de 2014

Europa advierte a Suiza de consecuencias por la votación sobre inmigración

BRUSELAS/BERNA.- El gobierno en Berna se encuentra ahora en la incómoda posición de tener que transformar en ley el resultado del referéndum de ayer al tiempo que lidia con la reacción de Bruselas y de grandes vecinos como Alemania y Francia.

"Suiza se ha dañado a sí misma con este resultado", dijo el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, a periodistas a su llegada a Bruselas para una reunión con sus homólogos de la UE.
Para el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, "habrá consecuencias, eso está claro".
"No se puede tener un acceso privilegiado al mercado único europeo y, por otro lado, reducir la libre circulación", argumentó.
La libre circulación de personas y puestos de trabajo dentro de sus fronteras es una de las políticas fundamentales de la Unión Europea. Y Suiza, aunque no forma parte del bloque de 28 países, participa por un pacto con Bruselas.
Desde 2002, los ciudadanos suizos y de la UE han podido cruzar la frontera libremente y trabajar en cualquier lugar, siempre y cuando tengan un contrato o sean trabajadores por cuenta propia.
Responsables de la UE dijeron que el tratado de libre circulación es parte de un paquete de siete acuerdos que se mantienen o se eliminan juntos.
Los acuerdos también incluyen la cooperación económica y tecnológica, la contratación pública, el reconocimiento mutuo de diplomas y certificados, el comercio agrícola, la aviación y el tráfico por carretera y ferrocarril.
"Simplemente no podemos aceptar este tipo de restricciones, esas que fueron aprobadas ayer (domingo)", dijo la portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde. "Esto claramente tendrá consecuencias para el resto de los acuerdos que tenemos con Suiza".
El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, calificó la votación como una medida "preocupante" que mostró que Suiza se está cerrando en sí misma.
"Vamos a revisar nuestras relaciones son Suiza", agregó el ministro a la radio RTL.
Empresarios dijeron que la votación para volver a instaurar cuotas a la inmigración, que ganó por un estrecho margen de 19.526 votantes el domingo, amenaza un pilar clave de la economía suiza, que depende de la UE para casi un quinto de su fuerza laboral.
En Suiza están establecidos el gigante de alimentación Nestlé, las farmacéuticas Novartis y Roche, además de varios grandes operadores de materias primas como Glencore Xtrata y Louis Dreyfus Commodities.
El presidente de la Asociación de Empleadores Suizos, Valentin Vogt, dijo al diario NZZ que la votación creaba una incertidumbre tóxica para los negocios suizos, que ya se enfrentan a la presión en medio de una ofensiva extranjera contra el secreto bancario y una polémica por las favorables tasas de impuestos que algunos cantones suizos ofrecen a las multinacionales.
"¿Cuál es el sentido de invertir en Suiza, si al final no se sabe si uno podrá obtener personal cualificado para llevar adelante sus planes?", preguntó Vogt.
Los bancos suizos, como UBS y Credit Suisse, son particularmente dependientes del flujo de trabajadores extranjeros, con hasta un 25 por ciento de todo su personal procedente de la UE.
"Tememos que la oferta de trabajadores disponibles disminuya", dijo Sindy Schmiegel, de la Asociación Bancaria Suiza. "Podría ser más difícil para los bancos cumplir con sus necesidades de personal".
Aunque el Gobierno suizo instó a los votantes a rechazar el proyecto para la introducción de cuotas a la inmigración, está ahora obligado a formalizar el resultado del referéndum como ley. Tendrá flexibilidad ya que la votación no estableció cuotas específicas.
La ministra de Justicia, Simonetta Sommaruga, dijo el domingo que el Gobierno planeaba tener el borrador en otoño, antes de presentar sus planes a la UE.

Habrá consecuencias

Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE discutirán la aprobación en referéndum en Suiza de una propuesta que busca reintroducir cuotas de extranjeros en el país y la renegociación del acuerdo que garantiza la libre circulación de europeos en el país transalpino después de que varios de ellos han manifestado preocupación por la posible restricción a europeos.
   "Es preocupante. Hablaremos de ello en el Consejo", ha manifestado la ministra de Asuntos Exteriores italiana, Emma Bonino, que ha admitido "un impacto muy importante" y ha precisado que la cuestión se abordará "al final" como punto extraordinario.
   El ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, ha avisado a los suizos de que la limitación de la libre circulación de los europeos "tendrá consecuencias" y ha recordado que "un franco de cada tres depende de la relación entre la UE y Suiza", insistiendo en que "muchos empleos" dependen de la relación.
   "Esto tendrá consecuencias económicamente", ha avisado el luxemburgués. "No se puede de un lado tener acceso privilegiado al mercado interior de la UE y de otro diluir la libre circulación. Las dos están ligadas", ha apostillado, insistiendo en que para la UE el principio de libre circulación constituye parte del "acervo principal" y no puede verse perjudicado. "No puedo más que condenar esta iniciativa que ha tomado Suiza", ha lamentado.
   El ministro de Exteriores británico, William Hague, ha admitido que los europeos tienen que "respetar el resultado democrático" del referéndum en Suiza. "Claramente tendrá que haber negociaciones de qué significa esto en la práctica entre la UE y Suiza. Hay bastante tiempo para hacer esto, tres años", ha explicado. "No quiero prejuzgar lo que saldrá de estas negociaciones", ha subrayado no obstante.
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha dejado claro que "Suiza se ha hecho un mal servicio con este referéndum".
 "Suiza debe saber que picotear no es la estrategia sostenible en sus relaciones con la UE".
   "Queremos relaciones justas con un Estado no miembro y relaciones justas significa también que se puede ser capaz de apoyar algunas desventajas mientras te beneficias de todas las ventajas y como parte de tal relación justa es que aceptas decisiones básicas que se han tomado, la libertad de movimiento siendo una de ellas", ha subrayado el alemán, que ha defendido con todo examinar "sin cabreo" cómo se pondrá en marcha el resultado del referéndum, avanzando que hablará de ello con su homólogo suizo "la próxima semana".
 "Hablaremos seguro de todo ello", ha subrayado.
   El ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, ha lamentado la decisión en Suiza pero ha insistido en que "compete a la Comisión evaluar las consecuencias de tal voto" pero también de "las decisiones tomadas en Suiza" tras recordar que ahora el Gobierno federal del país transalpino tendrá que ver "cómo traducir" en la práctica en acciones el resultado del voto.
   Reynders ha dejado claro que "el principio de libre circulación es un principio fundamental" y ha recordado a las autoridades suizas que se pueden "gestionar los flujos migratorios muy bien respetando este principio", al tiempo que se pueden abordar "correcta y serenamente" los problemas "dentro de las reglas europeas".
   "Primero hay que evaluar la situación", ha señalado, preguntado por las posibles consecuencias negativas para Suiza, si limita la libre circulación de los europeos al país.
  Reynders ha insistido en que "pone en riesgo el conjunto de acuerdos" bilaterales, aunque "todo depende" en última instancia de la evaluación que haga la Comisión, en base a la cual se tomarán "decisiones".
La Comisión Europea ya lamentó este domingo la aprobación en referéndum de una propuesta para reinstaurar las cuotas anuales para la entrada de extranjeros en el país, incluidos los de la UE porque "va en contra del principio de libre circulación de personas entre la UE y Suiza" pactada en virtud del conocido como Acuerdo de Schengen.
   Por ello, "la Unión examinará las implicaciones de esta iniciativa en las relaciones globales entre la UE y Suiza. "En este contexto, la posición del Consejo Federal (Gobierno suizo) sobre el resultado será igualmente tenido en cuenta", advirtió en un comunicado oficial.
   La propuesta, impulsada por el Partido Popular suizo, ha logrado el respaldo del 50,3 por ciento de los votantes (1.463.954 votos), frente al 49,7 por ciento que la ha rechazado (1.444.438 votos), según datos oficiales. La participación ha sido del 56,5 por ciento.
   La propuesta "contra la inmigración en masa" busca reintroducir las cuotas de entrada de extranjeros en el país y renegociar con la Unión Europea los términos del acuerdo sobre la libre circulación de personas recogido en Schengen.
   La medida afectaría a los hasta 80.000 trabajadores extranjeros --tres cuartas partes de ellos procedentes de países de la Unión Europea-- que llegan cada año a Suiza desde la introducción hace 15 años del acuerdo de libre circulación con la UE.
   De acuerdo con el texto de la iniciativa, Suiza y la Unión Europea tendrían un plazo límite de tres años para renegociar el acuerdo de libre circulación. De no concretarse una modificación, el pacto quedaría anulado, y afectaría gravemente a otros acuerdos relacionados con el bloque europeo.

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