LA HABANA.- La agricultura familiar es responsable del 70% de la
producción mundial de alimentos y a ella se vinculan más de 1.500
millones de explotaciones agrícolas, destacaron aquí en un panel
sobre esa temática.
Participaron los representantes en Cuba de la Organización de Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Programa
Mundial de Alimentos (PMA), Theodor Friedrich y Laura Melo,
respectivamente; el jefe de la Agricultura Urbana y Suburbana, Adolfo
Rodríguez, y el vicepresidente de la Sociedad Científica Latinoamericana
de Agroecología (Socla), Fernando Funes.
Friedrich definió la agricultura familiar como una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, pastoril y acuícola, gestionada y operada por una familia que depende principalmente de la mano de obra de ese núcleo de personas.
El diplomático precisó que en América Latina esa práctica está muy difundida (60 millones de familias se involucran con ella), al aportar más de la mitad de los alimentos en la región y generar la mayor parte de los empleos en el campo.
Aclaró que no es lo mismo que la pequeña agricultura, ya que incluye una visión a largo plazo, una manera de vivir, de sustento y se opone a la de tipo empresarial, basada en la inversión y el agronegocio.
Aseguró que la agricultura familiar busca obtener alimentos y es un aliado natural en la lucha contra el hambre y la pobreza, y también del manejo sostenible de la tierra y demás recursos.
Por su parte, Melo significó la importancia de apoyar ese tipo de agricultura, que no solo implica la producción de alimentos, sino también el vínculo de la familia con el mercado, el transporte y toda la cadena relacionada con la comercialización.
Señaló que en Cuba existe gran potencial, claridad y voluntad en la producción de alimentos, y trasmitió el respaldo del PMA al desarrollo de esa práctica en la isla.
Rodríguez señaló que en este país la agricultura urbana y suburbana se asocia al concepto de la familiar, la cual implica hacer adecuaciones según las características de cada nación, sostuvo.
Indicó que más del 70% de la población cubana vive hoy en las ciudades y resaltó que hay en la isla más de 550.000 micro huertos donde trabaja la familia y una cifra superior a tres mil organopónicos, y todas estas estructuras se basan en el uso de la agroecología, sin productos químicos o utilizados en mínima escala.
Funes destacó entre las virtudes de la agricultura familiar, la de ser culturalmente apropiada, económicamente factible, ecológica y energéticamente sustentable.
El panel tuvo como sede la Asociación Cubana de Naciones Unidas, y se llevó a cabo en el contexto de las actividades de la 23ª edición de la feria internacional del libro.
Friedrich definió la agricultura familiar como una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, pastoril y acuícola, gestionada y operada por una familia que depende principalmente de la mano de obra de ese núcleo de personas.
El diplomático precisó que en América Latina esa práctica está muy difundida (60 millones de familias se involucran con ella), al aportar más de la mitad de los alimentos en la región y generar la mayor parte de los empleos en el campo.
Aclaró que no es lo mismo que la pequeña agricultura, ya que incluye una visión a largo plazo, una manera de vivir, de sustento y se opone a la de tipo empresarial, basada en la inversión y el agronegocio.
Aseguró que la agricultura familiar busca obtener alimentos y es un aliado natural en la lucha contra el hambre y la pobreza, y también del manejo sostenible de la tierra y demás recursos.
Por su parte, Melo significó la importancia de apoyar ese tipo de agricultura, que no solo implica la producción de alimentos, sino también el vínculo de la familia con el mercado, el transporte y toda la cadena relacionada con la comercialización.
Señaló que en Cuba existe gran potencial, claridad y voluntad en la producción de alimentos, y trasmitió el respaldo del PMA al desarrollo de esa práctica en la isla.
Rodríguez señaló que en este país la agricultura urbana y suburbana se asocia al concepto de la familiar, la cual implica hacer adecuaciones según las características de cada nación, sostuvo.
Indicó que más del 70% de la población cubana vive hoy en las ciudades y resaltó que hay en la isla más de 550.000 micro huertos donde trabaja la familia y una cifra superior a tres mil organopónicos, y todas estas estructuras se basan en el uso de la agroecología, sin productos químicos o utilizados en mínima escala.
Funes destacó entre las virtudes de la agricultura familiar, la de ser culturalmente apropiada, económicamente factible, ecológica y energéticamente sustentable.
El panel tuvo como sede la Asociación Cubana de Naciones Unidas, y se llevó a cabo en el contexto de las actividades de la 23ª edición de la feria internacional del libro.
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