LISBOA.- La Fiscalía portuguesa decidió hoy solicitar a los
tribunales la suspensión cautelar de la venta de 85 obras de Joan Miró
que el Estado prevé poner en el mercado esta misma semana a través de la
casa de subastas Christie's en Londres.
En un comunicado, el Ministerio Público informó de que toma esta
medida "después de analizar los argumentos presentados por un grupo de
diputados" que le instaron a impedir esta operación al considerar que se
trata de un "expolio" del patrimonio del país.
Fuentes de la Fiscalía precisaron que la decisión final está en
manos del juez correspondiente, en el Tribunal Administrativo del
Círculo de Lisboa.
La intención del Gobierno de colocar a la venta este acervo ha
generado una agria polémica en Portugal durante las últimas semanas, y
de hecho, más de nueve mil personas ya firmaron a través de internet
para mostrar su rechazo firme a la puja.
Está previsto que las obras, 84 cuadros y una estatua, se subasten
mañana y el miércoles con un precio de salida que en total superaba los
35 millones de euros (47,1 millones de dólares), un valor considerado
por algunos expertos lusos contrarios a esta operación inferior al que
podría alcanzar si su venta no se llevase a cabo de forma conjunta.
La controversia generada llegó incluso hasta el Parlamento, donde la
oposición de izquierdas en bloque censuró la posición del Ejecutivo
conservador liderado por el primer ministro, Pedro Passos Coelho.
De hecho, cinco diputados socialistas entregaron a la Fiscalía el
pasado viernes un documento en el que argumentaban que la operación
debía ser suspendida debido a "ilegalidades" en el proceso que condujo a
su venta.
La falta de licencia para sacar las piezas de Portugal y subastarlas,
así como el incumplimiento de la normativa vigente sobre clasificación
de obras de arte públicas, fueron las razones esgrimidas por los
parlamentarios y, en opinión de la Fiscalía, justifican la suspensión de
la subasta hasta que se investigue esta denuncia.
Las 85 obras del artista catalán Joan Miró eran propiedad del Banco
Portugués de Negocios (BPN), entidad que acabó siendo nacionalizada en
2008 por riesgo de quiebra en el que todavía hoy es considerado uno de
los mayores escándalos financieros de la historia reciente del país, con
un impacto en las arcas públicas de miles de millones de euros.
Las obras han tenido un paso tumultuoso por Portugal, donde
aterrizaron hace más de siete años, pero nunca llegaron a ser expuestas
en suelo luso.
Durante todo este período, permanecieron "escondidas" en las reservas
de un banco, y ahora quienes rechazan su venta reclaman al Gobierno que
las mantenga en su poder para que refuercen el patrimonio cultural del
país.
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