PEKÍN.- La inflación en China se mantuvo en enero al registrar
una subida del 2,5 por ciento interanual, la misma cifra que en
diciembre de 2013, lo que abre la puerta a medidas de estímulo como la
flexibilización de la política monetaria.
Según
informó la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el índice de
precios al consumo (IPC), principal barómetro de la inflación, creció en
enero a igual ritmo que en diciembre, si bien por debajo de noviembre,
cuando subió un 3 por ciento interanual.
La cifra se
sitúa ligeramente por debajo de lo esperado por los analistas, que
estimaron que la inflación avanzaría en enero al 2,4 por ciento, aunque
aún está muy por debajo de los límites marcados por Pekín el año pasado
(3,5 por ciento) y que se prevé que continúen también este año.
El
precio de los alimentos -que suponen un tercio de la compra habitual
del consumidor chino- se incrementó un 3,7 por ciento en enero respecto
al mismo periodo del año anterior, lo que contribuyó a una subida del
1,23 por ciento del IPC.
Según los datos de la
Oficina, la subida de los alimentos se sitúa por debajo de la registrada
en diciembre, del 4,1 por ciento interanual.
El
coste de la fruta es lo que más se encareció en este periodo, con una
subida del 23 por ciento interanual, mientras que el precio de la carne
de cerdo, los huevos o el aceite se contrajeron.
El coste de los productos no alimenticios subió un 1,9 por ciento en enero, 0,2 por ciento más que en diciembre.
En
este grupo, destacó el alza en los precios de los viajes programados y
excursiones, que subieron un 14,9 por ciento interanual, debido a la
festividad del Año nuevo chino celebrada el último mes durante la que
millones de chinos aprovechan para volver a casa.
El buró también muestra el encarecimiento de los alquileres, que registraron una subida del 4,6 por ciento interanual en enero.
Comparado
con el mes anterior, el IPC creció en enero un 1 por ciento, con una
subida del precio de los alimentos del 2,4 por ciento y del resto de
productos del 0,3 por ciento.
A pesar del buen dato
de la inflación, algunos analistas advirtieron del comportamiento del
índice de precios al productor (IPP), también publicado ya, que
registró su vigésimo tercero mes de caídas consecutivas.
El
IPP, indicador de la inflación en el sector mayorista, se contrajo un
1,6 por ciento interanual en enero, después de la caída en diciembre,
del 1,4 por ciento.
Ello, según destacan analistas
como Michael Pettis, profesor de Finanzas de la Universidad de Pekín,
evidencia el exceso de capacidad de producción del sector industrial
chino.
La subida del IPC chino en enero le abre la
puerta al Banco Popular de China (PBOC, central) a flexibilizar la
política monetaria, si bien algunos expertos creen que la deuda
restringirá su campo de acción.
El índice de la
inflación se publica después de conocerse el dato del comercio de este
mes, que creció a doble dígito pese al temor de una ralentización.
Las
importaciones de China aumentaron un 10 por ciento interanual en enero,
el mayor ritmo de crecimiento desde julio de 2013, mientras que las
exportaciones se incrementaron un 10,6 por ciento, pese a los temores a
una ralentización de la segunda economía mundial que existen desde el
pasado año.
China tiene como objetivo reorientar su
economía hacia el consumo interno, para depender menos de las
exportaciones que se resintieron por la crisis financiera mundial
desatada en 2008.
En 2013, la economía china
experimentó un avance del 7,7 por ciento en su PIB, la peor cifra en 14
años, aunque dos décimas por encima del objetivo que se había fijado el
Gobierno chino.
Una ralentización que Pekín
considera casi deseable para asegurar un crecimiento más lento pero
estable y no tan meteórico y rápido como en años pasados.
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