WASHINGTON/PARÍS.- España todavía deberá de resolver graves problemas, sobre
todo relacionados con la salud de sus mercados laboral y del crédito, y
afrontar importantes desafíos antes de dar por superada la crisis. Esa
es la conclusión general esbozada ayer por dos imporantes organismos
internacionales, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sendos
informes en los que recuerdan que, pese al optimismo que proyecta el
Gobierno desde finales de 2013, el vaso de la recuperación sólo está
medio lleno y, sin una actuación decidida y a tiempo, su contenido
podría perderse del todo.
En su informe provisional ‘Going for Growth’ (apuesta por
el crecimiento) de 2014, la OCDE constata que el ajuste producido como
resultado de la crisis ha sido «especialmente doloroso» en España.
Sugiere que hay terrenos, entre los que destaca el mercado de trabajo,
donde los resultados no han sido los deseados. Y lo peor, deja claro que
no cree que la situación vaya a mejorar con carácter inmediato: «Tras
varios años de consolidación fiscal, ajustes en los balances del sector
privado, bajos niveles de confianza y deterioro de la oferta de crédito,
España se encuentra ahora ante unas tasas de desempleo de dos dígitos y
sin indicios claros de que se pueda producir una recuperación rápida»,
alerta el organismo con sede en París que agrupa a las economías más
desarrolladas del planeta.
La OCDE recuerda a España que los «objetivos fundamentales»
siguen siendo abordar de manera decidida el legado que la crisis ha
dejado en el mercado de trabajo y restablecer la competitividad. Y
reitera una serie de recomendaciones suyas que cree que podrían ayudar a
superar el bache.
Las más llamativas de esas propuestas ahondan en su ya
habitual exigencia de dar otra vuelta de tuerca a la reforma laboral. En
particular, la institución que preside el mexicano Ángel Gurría propone
que el Gobierno tome medidas para «conseguir que los salarios sean más
sensibles a las condiciones específicas de las empresas y de la economía
en general». Una forma velada de solicitar que los empresarios puedan
bajar los sueldos de sus empleados en función de la marcha de sus
negocios, para que el despido no sea la primera opción cada vez que
toque hacer ajustes. En ese sentido, la OCDE insiste en su vieja receta
de «suprimir las prórrogas legales de los convenios colectivos», la
llamada ultraactividad, que a día de hoy permite prorrogar la vigencia
de esos acuerdos hasta un año para dar margen a pactar otros nuevos.
Asimismo, el club de los países ricos sugiere mejorar las
políticas activas de empleo, pero no mediante una mayor asignación de
recursos, sino incrementado la presión sobre los parados. En sus propias
palabras, «mediante un mayor seguimiento de los esfuerzos efectuados en
la búsqueda de empleo por los perceptores de prestaciones de
desempleo». El organismo también receta al Gobierno de Mariano Rajoy
ampliar «la formación entre los desempleados».
La OCDE reconoce que el Ejecutivo ya ha adoptado algunas
medidas en la buena dirección. Entre ellas, cita las encaminadas a
liberalizar el sector del comercio minorista (facilidades en la
concesión de licencias a pequeños establecimientos, mayor libertad de
horarios y simplificación de la regulación) y, en el ámbito
estrictamente del mercado de trabajo, el esfuerzo realizado para dar
prioridad a los convenios colectivos a nivel de empresa en detrimento de
los sectoriales. También destaca que se han «ampliado y aclarado los
criterios de despido» y «reducido la indemnización» a los trabajadores
despedidos.
Por su parte, el FMI emitió ayer su quinto y último informe
de evaluación sobre el programa de rescate del sector financiero
español, que consideró «completado». El organismo multilateral aprecia
que las condiciones financieras «han mejorado radicalmente» desde julio
de 2012, pero alerta de que el país aún se enfrenta a «importantes
desafíos», entre los que destaca la «persistente contracción del crédito
a las empresas», que considera uno de los principales obstáculos a la
recuperación. Para estimularlo, pidió extender a 2014 «la limitación de
dividendos» (algo ya acordado por el Banco de España); instó a los
bancos a «construir su 'core capital' aprovechando los mercados y
emitiendo acciones» y a los hogares a seguir reduciendo su deuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario