lunes, 10 de febrero de 2014

Los sefardíes israelíes, animados con la oferta de nacionalidad de España

JERUSALÉN.- La ampliación de la oferta de nacionalidad de España a los descendientes de los judíos que expulsó el país en 1492 ha generado interés en Israel, donde los sefardíes componen aproximadamente un tercio de la población.

Aunque nadie predice un éxodo israelí a una España en dificultades económicas, la garantía de tener el pasaporte español, que proporcionaría acceso a la Unión Europea, atrae a muchos en el país, especialmente a unos sefardíes que pertenecen mayoritariamente a las clases bajas.
El Gobierno español anunció el viernes que permitiría que todos los sefardíes solicitaran la nacionalidad para preservar el origen de sus antepasados.
Aunque el cambio exige la ratificación parlamentaria, la embajada española en Israel dijo el lunes que había recibido "muchas" preguntas de posibles solicitantes. Los medios israelíes reprodujeron la lista de Madrid de apellidos típicamente sefardíes, para ayudar a localizar parientes y algunos candidatos famosos hablaban de la oportunidad que supone.
"Existe un orgullo verdadero por tener pasaporte israelí, pero si tengo en mi cajón un pasaporte español, ¿qué pasa?", dijo la modelo Natalie Dadon al periódico de mayor tirada, Yedioth Ahronoth.
Unos 300.000 judíos vivían en España antes de que los Reyes Católicos les ordenaran, junto con los musulmanes, convertirse al catolicismo o dejar el país.
La mayoría de los expulsados se asentaron en el Mediterráneo y en Oriente Próximo. Los descendientes que se trasladaron a Israel después de su fundación en 1948 fueron a menudo apartados por los asquenazíes, judíos procedentes del norte de Europa.
Algunos israelíes asquenazíes tienen la doble nacionalidad de países europeos desde los que sus familias huyeron durante el Holocausto.
"Finalmente vemos los brotes de la igualdad", dijo el cómico Nadav Abakasis a Yedioth. "Ahora estos (israelíes) de origen norteafricano tendrán algún lugar al que huir en la próxima guerra".
Se estima que entre dos y tres millones de los 8,1 millones de ciudadanos israelíes descienden de los judíos expulsados de España.
Un abogado sefardí, Leon Amiras, dijo a la radio del Ejército que los israelíes podrían demostrar su ascendencia presentando una antigua Biblia familiar con inscripciones en ladino o un documento de boda de antepasados.
Pero Abraham Haim, jefe del Consejo de la Comunidad Sefardí en Jerusalén, restó importancia a la nueva ley y la enmarcó en el estrechamiento de los lazos que España e Israel establecieron formalmente en 1986.
"Este cambio no llevará a miles de inmigrantes nuevos a España", dijo Haim.

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