viernes, 21 de febrero de 2014

Presentan un plan para intentar sacar de la bancarrota a Detroit, en EE.UU.

WASHINGTON.- Autoridades de la ciudad norteamericana de Detroit presentaron hoy un plan mediante el cual intentan sacar a esa urbe de la bancarrota en la cual se encuentra sumergida hace meses. De acuerdo con el proyecto expuesto por Kevyn Orr, director de manejo de emergencias financieras de la otrora capital del motor, se pretende inyectar recursos financieros en la vetusta infraestructura citadina y demoler barrios completos inhabitados.
También ocurrirían recortes a las prestaciones de los jubilados de 10 a 30 por ciento, mientras que los tenedores de bonos recibirían cerca de un 20 por ciento de sus reclamos, señala el texto.

Se prevé invertir unos 1.500 millones de dólares en una década para modernizar la infraestructura de la urbe y las tecnologías, incluidos 500 millones para demoler propiedades en ruina o abandonadas, detalla.

La medida, no obstante, requiere la aprobación de un juez y con seguridad, será sometida a numerosas apelaciones e impugnaciones en los próximos meses.

Detroit, símbolo del auge de la industria del automóvil en el siglo XX, se declaró en agosto pasado en quiebra, con una deuda récord de 18.500 millones de dólares.

Es la ciudad estadounidense más grande que ostenta esta condición.

Orr ha insistido en varias ocasiones en que la declaración de insolvencia de la urbe resultaba necesaria, postura que respalda la clase política a nivel local, estatal y federal.

Sin embargo, sindicatos y organizaciones sindicales afiliadas impulsan una querella contra el gobierno citadino argumentando que la declaración de bancarrota fue intencional.

Los demandantes aseguran que la clase obrera no debe pagar por una crisis que no creó.

El esfuerzo para presentar la declaración de quiebra como inevitable pretende ocultar, sin embargo, el trasfondo social y político real de la actual crisis en la principal economía del planeta, comentó semanas atrás el sitio digital canadiense Global Research.

Fue una decisión política muy calculada y tomada a espaldas de la población por parte de figuras prominentes en los partidos Demócrata y Republicano, con el fin de eliminar las protecciones constitucionales que aseguran las pensiones a trabajadores y jubilados, así como los cuidados de salud, explicó la publicación.

De este modo, la clase dominante espera establecer un precedente que pueda ser utilizado para podar los beneficios alcanzados por la clase obrera en otras ciudades importantes del país, agregó.

Durante los últimos 60 años la urbe perdió la mitad de su población, lo cual derivó en la existencia de 78.000 edificios abandonados, además de exhibir servicios públicos al límite de sus capacidades y la mayor tasa de criminalidad, de acuerdo con datos oficiales.

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