SINGAPUR.- La ronda ministerial negociadora hacia el controversial acuerdo de
Asociación Traspacífica (TPP), prevista a culminar hoy proseguía
bloqueada por diferencias entre Estados Unidos y Japón, las economías
que sacarán más partido del ambicioso mercado sin aranceles.
Desde el mismo inicio de esta última gestión, el sábado, los jefes de
las respectivas delegaciones se enfrascaron en tratar de superar
discrepancias en cuanto al alcance de reducciones o eliminaciones
impositivas defendiendo sus propios intereses industriales y
comerciales.
Para Japón, el país número 12 en integrarse en el dilatado proceso, se trata de proteger su arroz, trigo, carne vacuna y porcina, al igual que la producción láctea de la presumible avalancha de esos renglones en sus mercados, apuntan fuentes próximas.
Como es habitual las sesiones y cabildeos bilaterales en pos del TPP se desarrollan a puerta cerrada, lo que a lo largo de los siete años de intentos ha desatado críticas por falta de transparencia, incluso de algunos participantes.
Las negociaciones involucran además a Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú y Vietnam, de disímiles desarrollos económicos y desiguales presuntos beneficios.
En sesiones previas debatieron cuestiones relativas a la apertura del mercado, confecciones textiles, inversión, servicios financieros y compras de los sectores estatales, entre las áreas sin suficientes avenencias.
Medios periodísticos de México denunciaron esta semana que un borrador de documento elaborado incluye cláusulas que limitan las regulaciones del Estado, y suspenden la producción de medicamentos genéricos en favor de los monopolios farmacéuticos.
Estados Unidos se propuso sellar el acuerdo del TPP en diciembre de 2013, esperó después que la conferencia ministerial en curso allanara el camino, y este martes se hablaba de otra ronda en abril.
Analistas de la región aprecian esa insistencia enmarcada en una nueva estrategia de "pivote" en Asia y el Pacífico.
Para Japón, el país número 12 en integrarse en el dilatado proceso, se trata de proteger su arroz, trigo, carne vacuna y porcina, al igual que la producción láctea de la presumible avalancha de esos renglones en sus mercados, apuntan fuentes próximas.
Como es habitual las sesiones y cabildeos bilaterales en pos del TPP se desarrollan a puerta cerrada, lo que a lo largo de los siete años de intentos ha desatado críticas por falta de transparencia, incluso de algunos participantes.
Las negociaciones involucran además a Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú y Vietnam, de disímiles desarrollos económicos y desiguales presuntos beneficios.
En sesiones previas debatieron cuestiones relativas a la apertura del mercado, confecciones textiles, inversión, servicios financieros y compras de los sectores estatales, entre las áreas sin suficientes avenencias.
Medios periodísticos de México denunciaron esta semana que un borrador de documento elaborado incluye cláusulas que limitan las regulaciones del Estado, y suspenden la producción de medicamentos genéricos en favor de los monopolios farmacéuticos.
Estados Unidos se propuso sellar el acuerdo del TPP en diciembre de 2013, esperó después que la conferencia ministerial en curso allanara el camino, y este martes se hablaba de otra ronda en abril.
Analistas de la región aprecian esa insistencia enmarcada en una nueva estrategia de "pivote" en Asia y el Pacífico.
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