BRUSELAS.- España ha apelado hoy en Bruselas a la unidad de
acción de la Unión Europea ante la evolución de los acontecimientos en
Ucrania y las posibles nuevas sanciones que se podrían acordar contra
Rusia por su actitud ante esta crisis.
Ese es el mensaje que ha transmitido el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy,
en la primera jornada del Consejo Europeo que se celebra en la capital
belga y que ha analizado la respuesta que ha de seguir dando la UE ante
las consecuencias de la crisis ucraniana y el referéndum en Crimea.
España desea que la respuesta de la Europa comunitaria ante la
actuación de Rusia esté consensuada en todo momento y apela a la
prudencia.
Por ello, el Gobierno español considera que hay que hacer un análisis
profundo antes de adoptar decisiones como abrir una tercera fase de
sanciones económicas, energéticas, comerciales y financieras a Moscú.
Una fase que iría más allá de la posibilidad de ampliar con varios
nombres la lista de veintiún políticos y militares rusos y ucranianos a
los que la UE les ha congelado ya sus activos y les ha prohibido viajar a
territorio comunitario.
Junto a esa prudencia a la hora de decidir nuevas sanciones, el
Gobierno español sí ha dejado claro en Bruselas que apoya y apoyará la
integridad territorial de Ucrania y que no puede aceptarse el referéndum
en Crimea porque es ilegal.
La situación en Ucrania ha servido de argumento al presidente del
Gobierno español para defender que la UE debe impulsar las
interconexiones energéticas y, en particular, las gasísticas.
Tal y como había avanzado en una carta al presidente del Consejo
Europeo, Herman Van Rompuy, Rajoy ha trasladado al resto de líderes
europeos que este asunto debe considerarse como un objetivo esencial.
En ese contexto, ha considerado que el denominado Midcat, el
gasoducto entre España y Francia, debe ser un objetivo vinculante de la
política energética comunitaria.
Rajoy ha subrayado que, si el Midcat ya estuviera en funcionamiento,
permitiría suministrar el equivalente a la mitad del gas que llega a la
UE procedente de Rusia cruzando Ucrania.
En la primera jornada de la cumbre de Bruselas no se ha hablado de la
inmigración ilegal, pero el presidente del Gobierno español tiene
previsto hacerlo en la reunión de mañana.
Lo hará aprovechando que los jefes de Estado y de Gobierno europeos
deben concretar la agenda de la cumbre UE-África, que se celebrará en la
capital belga los días 2 y 3 de abril y que se preveía que estuviera
centrada en las cuestiones relativas a la seguridad en el continente
africano.
Rajoy desea que a ello se una el análisis de la cooperación al desarrollo y de los flujos migratorios.
España está sufriendo en las últimas semanas en sus ciudades de Ceuta
y Melilla un repunte de la presión migratoria, y el presidente del
Gobierno quiere que la UE siga concienciándose de que este es un
problema que afecta a Europa en su conjunto y no sólo a los países con
fronteras exteriores.
Según ha venido exigiendo Rajoy, la UE debe aumentar la colaboración
con los países de origen y tránsito de la inmigración ilegal e
incrementar la ayuda a los socios comunitarios que, como España, tienen
que hacer frente en primera instancia a este problema.
Los jefes de Estado y de Gobierno se han reunido en Bruselas horas
después del principio de acuerdo al que han llegado el Consejo, la
Comisión y el Parlamento europeos sobre el mecanismo de resolución
bancaria en la UE.
Rajoy ha sido preguntado por ese acuerdo a su llegada a la cumbre y
ha expresado su satisfacción con una escueta frase: "Eso está muy bien".
El acuerdo entre los países miembros de la UE y el Parlamento Europeo
prevé una aceleración de la puesta en común de los recursos nacionales
en el fondo único, de manera que en los tres primeros años estará
mutualizado casi al 70 por ciento, y lleno en un periodo de ocho.
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