WASHINGTON.- Los hogares estadounidenses siguen sin recuperarse de la crisis
económica que sacudió al país entre 2007 y 2009, a pesar de que un reporte
optimista del departamento de la Reserva Federal (FED), sugirió un nuevo
estudio.
Economistas de la Universidad Estatal de Ohio encontraron que el valor
neto en los hogares a mediados de 2013 era todavía un 14 por ciento por
debajo del máximo alcanzado previo a la recesión.
En un informe
de junio pasado, la FED alegó que el patrimonio de los estadounidenses
-que incluye el valor de las viviendas, acciones y otros activos-, se
había recuperado desde la turbulencia financiera que estremeció los
mercados de la nación norteña años atrás.
De hecho, la FED
afirmó que la riqueza acumulada en las casas resultaba la más alta en
términos nominales desde que comenzaron los registros en 1945.
Sin embargo, el reporte triunfalista de la FED obedece a la inclusión de
algunos indicadores que distorsionan el estado real de la economía,
criticó Randy Olsen, coautor del estudio y profesor de economía en Ohio.
Hubo varios problemas con los datos, no se tuvo en cuenta el necesario
ajuste por la inflación o el crecimiento de la población, se incluyeron
las cuentas de los ciudadanos que viven en el extranjero y también se
contabilizó el capital en manos de organizaciones no lucrativas, y no
solo de los hogares, argumentó.
Como resultado de la pesquisa,
los investigadores de la casa de altos estudios encontraron que el valor
neto real de los hogares estadounidenses alcanzó su máximo en 2006, con
un promedio de 398.620 dólares.
Durante la etapa más
crítica de la recesión en 2009, ese índice cayó a 217.000 dólares, para
elevarse luego en 2012 a casi 334.000 dólares, un 16 por ciento por
debajo de su máximo antes de la crisis, añadió la fuente.
Las
casi 50 millones de personas atenazadas por la pobreza en Estados
Unidos, incluyendo 13,4 millones de niños, desmienten a quienes
califican a la gran potencia económica como tierra de oportunidades para
todos.
Para uno de cada seis estadounidenses el llamado Sueño
Americano sigue siendo una quimera, medio siglo después de que el
entonces presidente Lyndon B. Johnson (1963-1969) iniciara lo que
denominó la guerra contra la pobreza.
La administración del
presidente Barack Obama se encuentra involucrada en una cruzada para
elevar el salario mínimo federal de 7,25 a 10,10 dólares la hora, como
parte del plan para fortalecer la clase media del país, vital para mover
los altos niveles de consumo que caracterizan a la nación.
Persiste sin embargo la negativa de legisladores republicanos para avanzar en esta medida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario