viernes, 7 de marzo de 2014

El veterano Juncker, candidato del PP Europeo a presidir la Comisión

DUBLÍN.- El ex primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, un fijo de la política europea en los últimos 25 años, logró el viernes el apoyo de los partidos de centroderecha para ser candidato a la presidencia de la Comisión Europea.

Juncker, que perdió el cargo de primer ministro el año pasado tras 18 años en el poder, venció al francés Michel Barnier, el jefe de regulación de la UE, para convertirse en el principal candidato del Partido Popular Europeo a las elecciones del Parlamento Europeo de mayo.
Un primer recuento de los votos entre los delegados del PP, incluida la canciller alemana Angela Merkel, durante un congreso del partido en Dublín, mostró 382 votos a favor de Juncker y 245 a favor de Barnier.
Esto coloca al luxemburgués, de 59 años y uno de los más experimentados bruñidores de acuerdos, en la pugna por el puesto más influyente de la UE, que supervisa la legislación que afecta a 500 millones de europeos.
Juncker es un conocedor consumado del mundo de Bruselas y las políticas europeas y también una figura que genera división. Como presidente del Eurogrupo de ministros de Finanzas de la UE durante la mayor parte de la crisis financiera, dijo una vez que a veces era necesario mentir y que había favorecido "oscuros y secretos debates".
Su victoria el viernes no fue tan resonante como muchos habían esperado en sus filas, lo que indica las reservas incluso dentro de su propia familia política de que Juncker, una vez cercano al excanciller alemán Helmut Kohl, simboliza la política de la vieja escuela.
Juncker ganó por 283 votos frente a los 245 de su rival.
Un fuerte defensor de Europa y el federalismo, ha matizado algunas de sus posiciones para ganar apoyos en el PPE, incluida Merkel, con quien no siempre ha tenido una relación fluida.
"Hice todo en mi limitado poder para evitar la catástrofe, para dirigir nuestra nave del euro en la tormenta más fuerte desde la Gran Depresión", dijo.Juncker tendrá ahora que medirse al candidato socialista y demócrata Martin Schulz y al liberal Guy Verhofstadt por la presidencia de la Comisión.
Cualquier grupo que gane las elecciones al Parlamento - y las encuestas dicen que serán o los socialdemócratas o el PPE - tendrá primero que asegurarse el apoyo parlamentario para ser presidente de la Comisión.
Sin embargo, la decisión también depende de los 28 líderes de la UE que respalden al candidato para la Comisión. Mientras Juncker puede conseguir apoyos de muchos de los líderes con los que ha compartido la mesa de negociación durante casi dos décadas, otros, como el británico David Cameron, no le son afines.
La elección de un candidato por parte de los principales grupos políticos europeos está destinada a hacer la votación más relevante a los ciudadanos, que no han votado en gran número en las elecciones parlamentarias desde que fueron celebradas por primera vez en 1979.
También se percibe como algo vital ante el creciente apoyo a los partidos de extrema izquierda y derecha y antieuropeístas.
Como parte de una generación de políticos de la vieja escuela, Juncker tuvo un papel significativo en la gestión de la crisis de deuda europea.
El año pasado se vio envuelto en un escándalo de espionaje en Luxemburgo que llevó a la ruptura de la coalición de Gobierno y a su salida como primee ministro.
Su sucesor en el Eurogrupo, el ministro de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, lo describió en la televisión holandesa como un gran fumador y bebedor. Juncker hizo caso omiso de esas sugerencias.
Juncker desarma pero a menudo irrita a sus compañeros con su sentido del humor, hablando abiertamente de que hay que mentir a los medios o de sus problemas de cálculos renales. Una vez palmeó la cabeza del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi.
"Está anticuado, es parte del viejo sistema y parcialmente responsable de la crisis", dijo Hannes Swoboda, líder del grupo rival de centroizquierda del Parlamento Europeo, a periodistas esta semana.

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