jueves, 6 de marzo de 2014

Draghi decide no hacer nada, pero amaga con actuar si es preciso

FRANCFORT.- El Banco Central Europeo (BCE) está listo para adoptar en caso de necesidad medidas "decisivas" que apuntalen la recuperación de la eurozona, según ha reiterado el presidente de la entidad, Mario Draghi, que, sin embargo consideró que la evolución de los acontecimientos no justifican por el momento la toma de ninguna decisión en este sentido.

   "El BCE sigue listo para adoptar medidas decisivas si es necesario", afirmó Draghi en los primeros minutos de su habitual rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que decidió mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,25%.
   Sin embargo, al mismo tiempo el banquero italiano subrayó que el desarrollo de los acontecimiento respalda las expectativas de la entidad de una recuperación gradual de la economía de la zona euro, así como de un firme anclaje de las expectativas de inflación a medio plazo en línea con el objetivo de estabilidad del BCE.
   "No se han materializado las contingencias que apuntamos hace un mes, de hecho se ha producido una normalización", dijo Draghi, quien sin abandonar la diplomacia propia del cargo recordó que el análisis de la situación por parte del BCE difiere del realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en repetidas ocasiones ha abogado por que el banco central de la zona euro adopte nuevas medidas de estímulo.
   En este sentido, el presidente del BCE ha presentado las nuevas proyecciones de la institución para la economía de la eurozona, que contemplan un crecimiento algo más vigoroso de la región en 2014 de lo anticipado en diciembre, mientras que la inflación será por contra algo más débil de lo esperado en 2014.
   De este modo, la economía de la eurozona crecerá este año un 1,2%, una décima más de lo previsto en diciembre, mientras que mantiene la previsión de crecimiento del 1,5% para 2015 y estima que para 2016 el PIB se incrementará un 1,8%.
   En el caso de los precios, las proyecciones del BCE apuntan a un aumento de los precios del 1% este año, una décima menos de lo previsto anteriormente, mientras que en 2015 subirán un 1,3%, en línea con el anterior pronóstico, mientras que para 2016 espera que la inflación sea del 1,5%.
   En este sentido, el presidente del BCE señaló que los riesgos para los pronósticos de inflación de la entidad son limitados y en gran medida equilibrados y reiteró que el BCE espera un periodo prolongado de baja inflación y una gradual subida de precios hasta situarse en línea con e objetivo de estabilidad de la institución.
   Se trata de la primera ocasión en la que el BCE ha publicado sus proyecciones a dos años vista, puesto que hasta ahora sólo informaba de sus expectativas para el ejercicio en curso y el siguiente.
   De hecho, el banquero italiano indicó que el BCE maneja una previsión de inflación del 1,7% en el cuarto trimestre de 2016, lo que "constata la tendencia" gradualmente al alza prevista para los precios en el futuro, aunque advirtió de que las previsiones son más débiles a medida que se amplían los plazos.
   Así, el presidente de BCE defendió que la evolución de los acontecimientos en línea con el guión manejado en Francfort, sede del BCE, no justifica por el momento la adopción de nuevas medidas de estímulo, aunque subrayó que el mero hecho de mantener su actual política podría llegar a suponer en sí mismo un estímulo mayor del actual en caso de cumplirse las previsiones de inflación.
   El presidente del BCE explicó que el efecto estimulante sobre la economía de la actual política monetaria del BCE, que reiteró su compromiso de mantener las actuales tasas o incluso inferiores por un periodo prolongado, puede ser más significativo a medida que la economía y la inflación sigan el curso de recuperación previsto.
   En este sentido, una subida de la inflación en línea con lo previsto implicaría una bajada de los tipos de interés reales en 2015 y 2016 y una política monetaria más acomodaticia en la práctica, dijo Draghi.
   Asimismo, el presidente del BCE apuntó la posibilidad de no esterilizar la liquidez suministrada al mercado, mientras las compras de bonos del programa SMP "es un instrumento en la lista", aunque señaló que la institución no ha visto ningún factor que le llevara a considerar necesario su puesta en marcha.
   "Sus beneficios serían solo relativos como consecuencia de los vencimientos de los bonos en la cartera del BCE. Sería un impacto de corto recorrido, aunque seguiremos observando", dijo Draghi al respecto.

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