MADRID.- España cerró 2013 con un déficit público
de 67.755 millones de euros, equivalente al 6,62 por ciento del PIB,
superando por poco más de una décima el objetivo marcado por Bruselas,
dijo el viernes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
El Gobierno español confía sin embargo que con la modificación del dato
del PIB prevista para este año por las nuevas normas de Eurostat, se
reduzca ese ratio hacia el objetivo previsto.
"Es un dato positivo, más teniendo en cuenta que fue un año de
recesión (...) Podemos afirmar en este momento que España en su conjunto
de administraciones ha cumplido los objetivos de déficit marcados",
dijo Montoro en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
En términos nominales, el déficit se redujo en 585 millones de euros desde la brecha de 68.340 millones de euros (6,84% del PIB) registrada en 2012, lo que supone un ritmo de consolidación fiscal muy inferior al registrado en el año anterior.
Por administraciones, un superávit de los ayuntamientos de un 0,41 por ciento del PIB permitió contrarrestar la desviación del objetivo por parte de la administración central (-5,49 por ciento del PIB frente a meta de -5,2 por ciento) y de las comunidades autónomas (-1,54%/PIB frente a -1,3% previsto).
Contando con las ayudas a la banca, el desequilibrio presupuestario español se elevó el año pasado al 7,08 por ciento del PIB, ya que la contribución del Estado al sector financiero en 2013 se cifró en 41.300 millones de euros.
España tiene uno de los mayores déficit presupuestarios de la zona euro, lo que llevó al Gobierno de Mariano Rajoy a aprobar importantes medidas de austeridad nada más llegar al poder a finales de 2011, como subidas de impuestos y recortes de gastos.
"España va reduciendo su déficit público estructural (en 2013 se ha acercado a dos puntos la reducción del déficit público estructural) (...) estamos haciendo la política que tenemos que hacer para volver a crecer y a crear empleo", dijo Montoro.
El ministro añadió que ahora que la economía española estaba empezando a salir de la crisis, el Ejecutivo acometería una esperada reforma fiscal para recortar impuestos y recompensar "el esfuerzo de la sociedad" realizado en la dura consolidación fiscal acometida en los últimos años.
En términos nominales, el déficit se redujo en 585 millones de euros desde la brecha de 68.340 millones de euros (6,84% del PIB) registrada en 2012, lo que supone un ritmo de consolidación fiscal muy inferior al registrado en el año anterior.
Por administraciones, un superávit de los ayuntamientos de un 0,41 por ciento del PIB permitió contrarrestar la desviación del objetivo por parte de la administración central (-5,49 por ciento del PIB frente a meta de -5,2 por ciento) y de las comunidades autónomas (-1,54%/PIB frente a -1,3% previsto).
Contando con las ayudas a la banca, el desequilibrio presupuestario español se elevó el año pasado al 7,08 por ciento del PIB, ya que la contribución del Estado al sector financiero en 2013 se cifró en 41.300 millones de euros.
España tiene uno de los mayores déficit presupuestarios de la zona euro, lo que llevó al Gobierno de Mariano Rajoy a aprobar importantes medidas de austeridad nada más llegar al poder a finales de 2011, como subidas de impuestos y recortes de gastos.
"España va reduciendo su déficit público estructural (en 2013 se ha acercado a dos puntos la reducción del déficit público estructural) (...) estamos haciendo la política que tenemos que hacer para volver a crecer y a crear empleo", dijo Montoro.
El ministro añadió que ahora que la economía española estaba empezando a salir de la crisis, el Ejecutivo acometería una esperada reforma fiscal para recortar impuestos y recompensar "el esfuerzo de la sociedad" realizado en la dura consolidación fiscal acometida en los últimos años.
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