miércoles, 12 de marzo de 2014

Renzi presenta una amplia reforma fiscal y planea subir el déficit italiano

ROMA.- El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, presentó el miércoles un arrollador paquete de reformas, diciendo que ayudarán en la recuperación económica sin saltarse los límites al déficit presupuestario impuestos por la Unión Europea.

En su primera rueda de prensa desde que llegó al poder el mes pasado, Renzi anunció una rebaja en el impuesto sobre la renta de 10.000 millones de euros (13.900 millones de dólares) para 10 millones de trabajadores con ingresos bajos y medios a partir del 1 de mayo.
El antiguo alcalde de Florencia, de 39 años, dijo que su programa para estimular la economía es el más ambicioso que ha habido en Italia en su presentación de unas medidas que insistió en que cuentan con financiación suficiente.
"Esta es una de las mayores reformas fiscales que podamos imaginar", declaró a la prensa tras una reunión gubernamental que aprobó las medidas.
Italia está teniendo dificultades para salir de la recesión más larga después de la Segunda Guerra Mundial, y el primer ministro de centroizquierda ha dejado claro que la creación de empleo y el crecimiento, más que la austeridad, serán los objetivos de su Gobierno.
Dijo que los detalles de los recortes fiscales se presentarán en el documento anual con las previsiones gubernamentales y dejó claro que el objetivo de déficit presupuestario aumentará, aunque seguirá por debajo del límite del 3 por ciento del Producto Interior Bruto marcado por Bruselas.
Italia espera tener un déficit del 2,5 por ciento este año, medio punto menos que el año pasado.
Las rebajas a los impuestos se financiarán con una mezcla de recortes del gasto y de recursos liberados gracias a la reciente caída en los rendimientos de los bonos italianos, explicó Renzi.
"Respetaremos nuestros compromisos europeos", declaró, añadiendo que espera que las autoridades europeas tomen nota de los intentos reformadores de su Gobierno al juzgar sus finanzas públicas.
 
Este mes, la Comisión Europea puso a Italia en su lista de vigilancia, solo junto con Eslovenia y Croacia, debido a su baja productividad y a su enorme deuda pública.
Además de las rebajas fiscales, Renzi anunció una reducción del 10 por ciento en el impuesto regional a las empresas conocido como IRAP, que se financiará con un aumento en los gravámenes a los instrumentos financieros en seis puntos al 26 por ciento - con la excepción de los ingresos de bonos gubernamentales, populares entre los ahorradores italianos.
Además, prometió que unos 90.000 millones de euros adeudados por el Estado a proveedores del sector privado se pagarán totalmente a finales de julio. Su predecesor, Enrico Letta, pagó unos 22.000 millones de euros de pagos retrasados a proveedores en 2013, aumentando aún más la enorme deuda pública.
Renzi no explicó cómo pagará la cantidad sin sumarla a la deuda pública, que ya es la segunda mayor de la eurozona como proporción del PIB después de Grecia.
El primer ministro, que encabeza una coalición amplia, habló después de que la Cámara de Diputados aprobara una nueva ley electoral que pretende garantizar la formación de gobiernos más estables.
La reforma, que pretende evitar la repetición de la situación tras los comicios del año pasado favoreciendo a los partidos más grandes y las coaliciones más fuertes, debe pasar al Senado, donde podría ser modificada por el propio Partido Democrático de Renzi.
 
Al mismo tiempo, la nueva ministra de Defensa, Roberta Pinotti, anunció que Italia revisará sus necesidades militares y no dudará en reducir el gasto en grandes proyectos innecesarios, en un anuncio que podrá la atención en su pedido de cazas F-35.
Con una deuda de dos billones de euros y acuciada por el límite de déficit de la Unión Europea, un menor gasto en Defensa daría a Renzi un respiro para futuras reformas.
Italia anunció por última vez grandes recortes en Defensa hace dos años como respuesta a la crisis de deuda en la zona euro, entre ellos una reducción del 30 por ciento en los pedidos de aviones de combate F-35 de Lockheed Martin.
El Gobierno tiene ahora el compromiso de comprar 90 cazas por unos 10.000 millones de euros, pero hay un apoyo político amplio para mayores reducciones del programa.
La compañía estatal italiana de Defensa Finmeccanica es una de las subcontratas del proyecto y su filial Alenia ensambla los aviones comprados por Italia, Holanda y Noruega.
En su primera comparecencia ante el Parlamento desde que asumió el cargo el mes pasado, Pinotti no mencionó el F-35, afectado por problemas técnicos, pero no descartó más recortes de gasto.
"El Gobierno no dudará en revisar, reducir o repensar incluso grandes proyectos que están en marcha o en estudio si la situación económica o internacional los hacen inoportuno", dijo en un testimonio ante una comisión parlamentaria.
Antes de tomar cualquier decisión sobre el gasto, la ministra dijo que encabezaría un estudio de las necesidades militares, sin decir cuánto tiempo llevaría.

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