LONDRES.- La agencia de calificación crediticia Moody's destaca que el rating
'Ba3' con perspectiva 'estable' de Portugal está respaldado por el
regreso al crecimiento de la economía lusa, el historial del Gobierno de
consolidación fiscal y su vuelta a los mercados de capital, pero
advierte de que su "principal desafío crediticio" es la elevada carga de
deuda pública.
En el informe sobre el rating de Portugal, que incide en que no
supone ninguna revisión de la calificación, Moody's subraya que la
aplicación de las medidas de consolidación fiscal en el país ha sido
"fuerte" y el ratio de deuda pública está previsto que comience a
descender a partir de 2014.
En esta línea, destaca que la economía lusa ha comenzado a crecer
de nuevo y que las amplias reformas estructurales implementadas bajo el
programa de ajuste acordado con la 'troika' --la Comisión Europea (CE),
el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI)-- deberían apoyar el reequilibrio de la economía hacia las
exportaciones y a una senda de crecimiento más fuerte que en el pasado.
Otras de las fortalezas desde un punto de vista crediticio de
Portugal es el hecho de que haya recuperado el acceso a los mercados
privados de capital, además de que su vulnerabilidad a las condiciones
adversas de financiación se haya reducido por un perfil de vencimiento
de la deuda más suave.
En esta línea, la agencia ve probable que el país salga del
programa de ayuda de la 'troika' a mediados de este año, "posiblemente
con el apoyo de una línea de crédito precautoria del Mecanismo Europeo
de Estabilidad (Mede)".
"Comparadas con las de otros países con rating 'Ba3', otras
fortalezas crediticias son el tamaño de su economía y su
diversificación, así como el elevado nivel medio de riqueza del país",
añade.
Sin embargo, Moody's advierte de que Portugal se enfrenta a una
serie de desafíos crediticios, particularmente aquellos relacionados con
los "muy elevados" niveles de deuda del Gobierno, que hacen que el país
necesite registrar un crecimiento "significativamente más fuerte" de lo
que prevé actualmente para reducir su carga de deuda a finales de la
década.
Además, la reducción de la deuda requiere que la consolidación
fiscal se mantenga "durante varios años más", con un enfoque permanente
en el recorte del gasto para reducir el tamaño del sector publico. A
este respecto, añade que este proceso se ha vuelto más "incierto"
después del rechazo del Tribunal Constitucional luso a algunas de las
medidas claves de recorte.
En este contexto, cree que podrían impulsar al rating de Portugal
si las autoridades concluyen con éxito el programa de ayuda mientras
continúan reduciendo el déficit y si la recuperación económica gana
impulso y permite que la deuda entre en una senda claramente a la baja.
Por el contrario, un retroceso o un decaimiento en el proceso de
consolidación fiscal o un debilitamiento "significativo del sector
bancario" amenazarían su actual calificación.
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