viernes, 7 de marzo de 2014

Putin desestima a Obama en la escalada de crisis en Ucrania

MOSCÚ.-  Rusia dijo el viernes que las sanciones impuestas contra Moscú por la crisis de Ucrania se volverían como un bumerán contra Estados Unidos, elevando las apuestas en el marco financiero mientras el enfrentamiento militar se intensificaba.

En una conversación telefónica con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, advirtió contra unas "imprudentes y apresuradas medidas" que podrían dañar las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, dijo el ministerio de Exteriores.
"Las sanciones... golpearían inevitablemente a Estados Unidos como un bumerán", añadió.
Fue el segundo intercambio tenso de alto nivel entre los antiguos enemigos de la Guerra Fría en 24 horas.
El presidente Vladimir Putin dijo tras una llamada de una hora con el estadounidense Barack Obama que todavía estaban lejos sobre la situación en la ex república soviética. Obama anunció el jueves la primeras sanciones contra Rusia.
Putin, que después inauguró los Juegos Paralímpicos de Sochi que han sido boicoteados por mandatarios occidentales, dijo que las nuevas autoridades ucranianas habían actuado ilegítimamente en las regiones del este, sureste y Crimea.
"Rusia no puede ignorar las peticiones de ayuda y actúa de acuerdo con eso, en total respeto de la legislación internacional", sostuvo Putin.
Los guardias fronterizos en Ucrania dijeron que Moscú había enviado más tropas a la península ocupada por fuerzas rusas.
Serhiy Astakhov, asesor del comandante de la guardia fronteriza, dijo que ahora hay unos 30.000 solados rusos en Crimea, frente con los 11.000 que estaban permanentemente basados en el lugar con la flota rusa del Mar Negro en el puerto de Sebastopol antes de la crisis.
En la tarde del viernes, unos hombre armados entraron en un puesto de defensa de misiles en Sebastopol y tomaron el control sin que se produjeran disparos, dijo un testigo.
Putin niega que esas fuerzas sin insignias nacionales en Ucrania estén bajo sus órdenes, pese a que sus vehículos tienen matrículas militares rusas.
El enfrentamiento más serio entre Oriente y Occidente desde la Guerra Fría, provocado por la destitución el mes pasado del presidente Viktor Yanukovich tras unas protestas violentas en Kiev, aumentó el jueves cuando el Parlamento de Crimea, de mayoría étnica rusa, votó a favor de que la región se una a Rusia.
El gobierno regional fijó un referéndum para el 16 de marzo.Los líderes de la Unión Europea y Obama denunciaron el referéndum como ilegítimo y dijeron que violaría la Constitución ucraniana.
El jefe de la Cámara Alta del Parlamento ruso dijo el viernes después de reunirse con legisladores de Crimea que la región tiene derecho a la autodeterminación y descartó cualquier riesgo de guerra entre "las dos naciones hermanas".
Antes de llamar a Putin, Obama ordenó prohibiciones de visados y congelación de activos contra personas hasta ahora no identificadas, consideradas responsables de amenazar a la soberanía de Ucrania.
Esta semana un asistente del Kremlin dijo que Moscú podría verse forzada a abandonar el dólar como divisa de reservas y rechazar el pago de cualquier crédito a bancos estadounidenses. Los cuatro principales bancos comerciales de Estados Unidos tienen una exposición de unos 24.000 millones de dólares en Rusia.
Japón respaldó la postura occidental respecto a que las acciones de Rusia -cuyas fuerzas tomaron el control de la península de Crimea- constituyen "una amenaza a la paz y seguridad internacional" después de que Obama conversó con el primer ministro nipón, Shinzo Abe.
China, a menudo un aliado de Rusia a la hora de bloquear medidas occidentales en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue más cauta y dijo que la imposición de sanciones económicas no es la mejor manera de resolver la crisis y evitó comentar sobre la legalidad del referéndum de Crimea.
La UE, el mayor socio comercial y cliente energético de Rusia, adoptó un plan de tres etapas para intentar forzar una solución negociada, pero no instauró sanciones inmediatas.
El Ministerio de Exteriores ruso respondió airadamente el viernes, calificando la decisión de la UE de congelar negociaciones sobre visados y un nuevo pacto para los lazos entre los dos bloques como "extremadamente poco constructivas" y prometió responder.
 
La política ucraniana opositora Yulia Tymoshenko, liberada de prisión tras la destitución de Yanukovich, se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, en Dublín y pidió sanciones inmediatas de la UE contra Rusia, advirtiendo de que Crimea podría entrar en una guerra de guerrillas de lo contrario.
Bruselas y Washington se apresuraron a fortalecer las nuevas autoridades de Ucrania, anunciando ayuda política y financiera. El director regional del Fondo Monetario Internacional dijo que las conversaciones con Kiev para un acuerdo de préstamo iban bien y alabó la apertura del nuevo Gobierno a las reformas y la transparencia.
La Comisión Europea dijo que Ucrania podría recibir hasta 11.000 millones de euros en los próximos dos años si alcanza un acuerdo con el FMI, que supone unas dolorosas reformas económicas como el fin del subsidio al gas.
El monopolio ruso del gas Gazprom dijo que Ucrania no había pagado 440 millones de dólares en facturas de gas de febrero, acumulando impagos por 1.890 millones de dólares y señaló que el grifo se podría cerrar como en 2009, cuando una parada del suministro desde Rusia a Ucrania afectó a Europa.
En Moscú una multitud se reunió cerca del Kremlin en una manifestación respaldada por el Gobierno "en apoyo del pueblo crimeo". Estrellas del pop en el escenario y manifestantes portaban carteles con eslóganes como "Crimea es territorio ruso" o "creemos en Putin".
 
El primer ministro ucraniano, Arseny Yatseniuk, dijo que nadie en el mundo civilizado reconocería el resultado del "denominado referéndum" de Crimea.
Repitió la disposición de Kiev a negociar con Rusia si Moscú retira las tropas adicionales de Crimea y dijo que había pedido una llamada telefónica con el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev.
Pero el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, ridiculizó los llamamientos de Rusia a unirse a un "grupo de contacto" internacional con Ucrania propuesto por Occidente para negociar un final de la crisis, diciendo: "Nos hace sonreír".
En la plaza de la Independencia de Kiev los manifestantes que defienden la revolución que derrocó a Yanukovich dijeron que no creían que Crimea se pudiese segregar.
Alexander Zaporozhets, de 40 años, puso fe en la presión internacional.
"No creo que se les permita a los rusos tomar Crimea: no puedes comportarte así con un Estado independiente. Tenemos el apoyo de todo el mundo. Pero creo que estamos perdiendo el tiempo. Mientras los rusos se preparan, nosotros sólo hablamos", dijo.
Los observadores militares desarmados de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) vieron impedida su entrada en Crimea por segundo día seguido el viernes, dijo la OSCE en Twitter.
La televisión ucraniana fue apagada en Crimea el jueves y sustituida por canales estatales rusos. Las calles pertenecen a gente que apoya a Moscú, algunos de los cuales han sido cada vez más agresivos durante la semana, acosando a periodistas y a manifestantes ocasionales a favor de Kiev.
Parte de los dos millones de habitantes crimeos se opone a Moscú, entre ellos miembros de la mayoría rusa. La última vez que se preguntó a los crimeos, en 1991, votaron por poco margen la independencia junto con el resto de Ucrania.
"Este anuncio de que ya somos parte de Rusia provoca sólo lágrimas", dijo Tatyana, de 41 años y origen ruso. "Con todos estos soldados aquí, es como si viviéramos en un zoológico. Todos entendemos perfectamente que esto es una ocupación", afirmó.

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