QUITO.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ratificó la voluntad de
su país de firmar un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), pero
con responsabilidad e inteligencia, no a cualquier costo.
Vamos a negociar fuertemente defendiendo los intereses del país, pero
hasta que no esté todo aceptado, no hay nada aprobado, afirmó a propósito de la II
Ronda de Negociaciones celebrada en la provincia de Manabí.
Incluso, añadió, si se firmara el acuerdo y vemos que algo salió mal podemos renunciar al mismo.
El mandatario señaló que entre los temas pendientes en las negociaciones se cuentan: Acceso al mercado, Propiedad intelectual, Indicaciones geográficas, Servicios, Establecimientos, Compras Públicas y Defensa comercial.
En tal sentido, dijo que aunque está consciente que el proceso va a ser politizado, "nos reunimos esta semana para identificar las líneas rojas, para proteger el empleo, la producción y la soberanía nacional".
Ya vendrán los salvapatrias, los tirapiedras que hablan que Correa es entreguista y que estamos negociando un Tratado de Libre Comercio (TLC). Pero, no estamos negociando un TLC, apuntó.
La ocasión fue propicia para que el ministro de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira, explicara que el 31 de diciembre de este año concluyen las ventajas que ofrece a Ecuador de manera unilateral las preferencias arancelarias de la UE.
Por esa razón, explicó, prácticamente todo lo que Ecuador exporta a ese mercado, el más grande del mundo, a partir de esa fecha empezaría a pagar aranceles.
"Esta es una de las razones por la que trabajamos, para lograr la firma del acuerdo que defienda los intereses del país andino y nos permita seguir exportando y ganando mercado en la UE, argumentó.
Al evaluar el resultado de la II Ronda, Rivadeneira consideró que se desarrolló en un ambiente muy positivo y de cooperación entre las partes, lo que ha permitido que se haya avanzado sustancialmente.
Según el titular, al cierre de las negociaciones se obtendrá un acuerdo comercial hecho a la medida de las necesidades del país.
Incluso, añadió, si se firmara el acuerdo y vemos que algo salió mal podemos renunciar al mismo.
El mandatario señaló que entre los temas pendientes en las negociaciones se cuentan: Acceso al mercado, Propiedad intelectual, Indicaciones geográficas, Servicios, Establecimientos, Compras Públicas y Defensa comercial.
En tal sentido, dijo que aunque está consciente que el proceso va a ser politizado, "nos reunimos esta semana para identificar las líneas rojas, para proteger el empleo, la producción y la soberanía nacional".
Ya vendrán los salvapatrias, los tirapiedras que hablan que Correa es entreguista y que estamos negociando un Tratado de Libre Comercio (TLC). Pero, no estamos negociando un TLC, apuntó.
La ocasión fue propicia para que el ministro de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira, explicara que el 31 de diciembre de este año concluyen las ventajas que ofrece a Ecuador de manera unilateral las preferencias arancelarias de la UE.
Por esa razón, explicó, prácticamente todo lo que Ecuador exporta a ese mercado, el más grande del mundo, a partir de esa fecha empezaría a pagar aranceles.
"Esta es una de las razones por la que trabajamos, para lograr la firma del acuerdo que defienda los intereses del país andino y nos permita seguir exportando y ganando mercado en la UE, argumentó.
Al evaluar el resultado de la II Ronda, Rivadeneira consideró que se desarrolló en un ambiente muy positivo y de cooperación entre las partes, lo que ha permitido que se haya avanzado sustancialmente.
Según el titular, al cierre de las negociaciones se obtendrá un acuerdo comercial hecho a la medida de las necesidades del país.
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