Las entradas para el concierto del cantante británico Elton John el 4
de julio en el Festival de Cap Roig, Cataluña, fueron puestas a la
venta el 10 de marzo con precios de 200 a 260 euros cada una y en 20
minutos se agotaron las 2.100 localidades.
Este hecho parece dar la razón a la valoración oficial de que en España
lo peor pasó, la crisis comienza a retroceder y problemas como el
desempleo iniciarán pronto un repliegue ante las buenas noticias de la
macroeconomía.
De otro lado, estudios de una institución oficial
como el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) indican que la
mayor preocupación de la población española está en el desempleo y la
situación económica, junto con la corrupción.
¿Quién tiene la razón?
Quizás
una aproximación a la verdad esté cerca de la consigna portada por
movimientos ciudadanos en manifestaciones contra la política de
recortes: No es una crisis, es una estafa, dicen.
Un elemento
utilizado para argumentar este criterio es la bolsa española y su
principal indicador el Ibex 35, que agrupa a las 35 mayores empresas y
bancos. Esas firmas cerraron 2013 con un beneficio conjunto de 17.770 millones de euros.
Pero paralelamente seis millones de
personas, según estimados de los sindicatos, están sin trabajo y la
mitad de ellos no recibe beneficio alguno, situación que afecta
particularmente a los jóvenes.
La percepción de peligro es tan
grande (y creciente) que el 81,1 por ciento de los interrogados por CIS
ubicaron el desempleo como principal problema de la vida en España en
febrero, frente a un 78,5 por ciento que lo había hecho en enero.
Tal vez un ejemplo resaltante de esta dramática dicotomía es la Coca
Cola Iberian Partners, que produce y comercializa la bebida en España y
Portugal, con beneficios de 900 millones de euros en 2013.
Pese a
ello, la empresa expuso en 2014 un plan de cierre de cuatro plantas y
despidos que afectan a más de mil 200 de sus empleados en España, con el
argumento de la reestructuración.
Curiosamente, la población
emitió la señal de alerta en el sondeo del CIS cuando el gobierno del
conservador Mariano Rajoy insiste en que lo peor pasó y la situación
ahora solo puede mejorar.
Oficialmente el paro bajó en febrero
en 1.949 personas respecto a enero y en 227.736 frente a febrero
de 2013, y están apuntadas en las listas de desempleo 4.812.486 personas.
El portavoz de Izquierda Unida, José Luis
Centella, advirtió que ese informe choca con la realidad y la existencia
de 700.000 cotizantes menos en la seguridad social que un año atrás.
A ese ritmo, agregó, se requerirán al menos 200 años para acabar con
los casi seis millones de parados de España, si se tienen en cuenta las
personas que ya dejaron de inscribirse en las listas de desempleo.
Las centrales sindicales Comisiones Obreras y Unión General de
Trabajadores advierten que la aparente mejora se logró a cuenta de la
precarización del empleo, con más contratos a tiempo parcial y
temporales, y la disminución de los contratos indefinidos.
A
ello suman el estimado de más de 400.000 españoles que emigraron en
busca de trabajo a otros países desde el inicio de la crisis en 2008.
La tasa de paro supera el 26 por ciento y, según los más optimistas, a
fines de 2014 podría llegar al 25,8 por ciento, es decir que más de uno
de cada cuatro españoles seguirá sin trabajo gracias a una crisis
selectiva que se centra en los sectores de menores ingresos.
La situación ratifica la preocupación por la desigualdad que marca a sociedades consideradas tradicionalmente ricas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró en un informe reciente
que España es la economía de la Unión Europea donde más aumentan las
diferencias entre ricos y pobres como resultado de las políticas de
austeridad.
En el mismo país que parte de sus ciudadanos no
dudan 20 minutos en gastar 200 o más euros en un concierto, uno de cada
tres consumidores asegura que toma alimentos caducos.
Un estudio
de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa,
Consumidores y Usuarios realizado en 750 familias, revela que la crisis
económica y la caída en la renta modificó sustancialmente el carro de la
compra de los españoles.
El 61 por ciento, según la encuesta, se vio obligado a racionalizar o reducir el consumo y el gasto en alimentos.
Otra investigación de la fundación 1 de Mayo, vinculada a la central
sindical Comisiones Obreras, advirtió que la población en riesgo de
pobreza pasó del 23,3 por ciento en 2007 a más del 28 por ciento en
2013.
Según el reporte presentado por Rodolfo Benito,
coordinador de la fundación, el 15 por ciento de los hogares en riesgo
de pobreza dependen para sobrevivir de la pensión de los abuelos, otro
cambio considerable en la sociedad.
En su criterio 2013 fue un
año nefasto, de políticas socialmente injustas, erróneas económicamente,
suicidas en el terreno laboral y con una carga ideológica
sobresaliente, que lleva a una situación explosiva desde el punto de
vista social.
Coincidentemente, la Unión General de Trabajadores
considera que hoy España es un país más pobre y más desigual, pese a la
euforia oficial de la recuperación.
Ante la estrategia de
recorte, la organización sindical considera que la solución pasa por
alternativas más justas y solidarias, para lograr una economía
competitiva, con mayor productividad y valor añadido.
Mientras
tanto, unos seguirán gastando un par de cientos de euros en un concierto
sin pensarlo más de 20 minutos y otros ocuparán más tiempo para
conformar la lista de compra, sin tener mucho en cuenta la fecha de
caducidad de los alimentos.
(*) Corresponsal de Prensa Latina en España.
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