SHANGHAI.- Una campaña contra los excesos en el Gobierno chino
recortó grand parte del gasto en reuniones oficiales, viajes y vehículos
a lo largo de 2013, según informó el domingo el organismo disciplinario
del Partido Comunista.
La Comisión Central de Inspección de Disciplina dijo en un comunicado que el dinero utilizado en reuniones,
viajes de funcionarios al exterior y compras de vehículos cayeron un 53,
39 y 10 por ciento respectivamente respecto a 2012.
China, presidida por Xi Jinping, ha publicado los esfuerzos por disminuir los
gastos onerosos y corrupción en el Gobierno para apuntalar su mandato,
que ha sido sacudido por las sospechas de que algunos funcionarios
gastan el dinero de los contribuyentes en extravagancias, mientras el
crecimiento económico se desacelera.
El sábado el principal funcionario anticorrupción, Wang Qishan,
pidió esfuerzos para innovar la inspección disciplinaria y volverla "la
espada de Damócles" sobre la cabeza de los funcionarios, dijo la agencia
oficial de noticias Xinhua.
La comisión se prepara para investigar varias agencias
gubernamentales este año, entre ellas el Ministerio de Ciencia y
Tecnología, la Universidad Fudan en Shanghái, la estatal Corporación
Nacional China de Cereales, Aceites y Alimentos, además de otros gobiernos regionales que incluyen a la ciudad
de Pekín, dijo Xinhua.
Wang pidió a los inspectores mantener una "mente sobria" ya que la
situación del país en la lucha contra la corrupción se mantiene "grave y
complicada", agregó la agencia.
También instó a los inspectores a cumplir sus labores con seriedad,
agregando que quienes "hagan la vista gorda a las violaciones serán
juzgados".
Wang no mencionó casos específicos, como el del exjefe de seguridad
interna Zhou Yongkang, quien sería blanco de una investigación por
corrupción, según informes dados a Reuters por algunas fuentes.
El Gobierno todavía no hace anuncios sobre Zhou, aunque Pekín ha
confirmado la caída de varios de sus aliados, entre ellos Jiang Jiemin,
que por un corto lapso fue el máximo regulador de las empresas
estatales, y el exviceministro de Seguridad Pública Li Dongsheng.
Las medidas han afectado los negocios de varios restaurantes y
hoteles de lujo, en particular en Pekín, y también generaron
preocupación sobre un declive en las compras de flotas de vehículos
gubernamentales que podría reducir los ingresos de los fabricantes de
vehículos de lujo.
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