domingo, 2 de marzo de 2014

Los socialistas europeos quieren crear empleo y mutualizar responsabilidades

ROMA.- Los socialistas y socialdemócratas europeos quieren que las próximas elecciones al Parlamento europeo acaben con la "Europa de temor y austeridad", que, dicen, ha "creado la derecha", y pretenden dar un giro total a la UE si asumen el liderazgo: prometen que su prioridad será la creación de empleo y el relanzamiento de la economía, para lo que darán más margen para inversiones en los presupuestos nacionales, reduciendo los déficits "de un modo justo" y buscando "mutualizar responsabilidades y derechos en la Eurozona".

   Así consta en el manifiesto con el que concurrirán todos los miembros del Partido Socialista Europeo (PSE), con presencia en los 28 países de la UE, que ha sido aprobado este sábado en Roma, en una cumbre bajo el lema de 'Hacia una nueva Europa', y que los firmantes se comprometen a acabar con el modelo de la Troika y avanzar a una Unión "más justa y solidaria".
   El programa que defenderán los socialistas en los próximos comicios -a los que también concurren con un candidato único para presidir la Comisión Europea, el actual presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, del SPD alemán- se centra en priorizar "la creación de empleo, una economía productiva, el sentimiento de pertenencia europeo y el respeto por las personas".
   Su objetivo es lograr una Europa que "progrese" y, para ello, han garantizado que su "primera y principal prioridad" será la creación de empleo, ya que el "legado de las políticas económicas de los últimos cinco años" es que casi 27 millones de personas, entre ellos una cuarta parte de los jóvenes europeos, no tienen trabajo.
   Uno de los ejes de sus políticas serán el desarrollo del Plan de Garantía Juvenil, un programa al que quieren aumentar "sustancialmente" el presupuesto y ampliar para que abarque a todos los jóvenes menores de 30 años, cinco años más que lo previsto en el actual.
   También quieren introducir "una ambiciosa política industrial europea" y apoyar la "economía social" y las pequeñas y medianas empresas, así como promover la innovación tecnológica y sostenible, acabar con el dumping social "eliminando la explotación de los trabajadores", y "los contratos precarios que afectan a tantos europeos".
   Además, dicen que promoverán la justicia social, con "normas estrictas que garanticen la igualdad salarial, el trabajo de calidad y la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras"; fortalecerlos derechos de los sindicatos, el diálogo social y la legislación contra la discriminación; mejorar la protección de los trabajadores contratados en un país diferente e introducir "salarios mínimos dignos en toda Europa, ya sea por ley o mediante negociación colectiva".
   Los socialistas europeos parten de la creencia de que "las políticas basadas sólo en la austeridad han perjudicado" a las economías europeas y "castigado a los menos responsables de la crisis". Si se hacen con la mayoría, se comprometen a que exista "mayor margen de maniobra para las inversiones en los presupuestos nacionales", con el objetivo de "expandir la economía en lugar de reducirla".
   En su opinión, la crisis ha demostrado que el euro puede actuar como "un dispositivo de protección eficaz", pero recalcan que los últimos cinco años han revelado que la construcción de la Unión Económica y Monetaria de Europa todavía no está completa. En concreto, defienden la importancia de "mutualizar responsabilidades y derechos dentro de la Eurozona".
   Su intención es reducir los déficits "de un modo justo y sostenible" y gestionar la deuda pública europea "con nuevos instrumentos". Además, quieren poner en marcha un mecanismo de coordinación real de las políticas fiscales y económicas en la zona euro que tenga en cuenta los efectos sociales de dichas decisiones" en la comunidad.
   Además, defienden que la Eurocámara y los parlamentos nacionales deben "conservar su soberanía e implicarse por completo en el ejercicio del control democrático sobre dichas políticas", porque creen que el legado de la Troika "refleja un claro fracaso". Así, defienden la creación de "otro modelo", que sea "socialmente responsable y creíble".
   "Seremos estrictos guardianes del dinero público, garantizando la calidad del gasto público y mejorando la eficiencia de los presupuestos para obtener los mejores resultados para la ciudadanía europea", afirma el manifiesto, que también a luchar contra el fraude y la evasión fiscal, que quieren reducir a la mitad para 2020, y los paraísos fiscales.
   Además, en el manifiesto, los socialistas denuncian que los europeos se han visto "obligados a pagar por los errores y la irresponsabilidad de un sector financiero no regulado". Recuerdan que el rescate a los bancos ha costado 1,6 billones de euros a los contribuyentes y dicen que se asegurarán de que "nunca más los bancos vuelvan a apostar con la vida de la ciudadanía".
   Para ello, defienden el establecimiento "sin dilación" de un marco adecuado que haga que el sector financiero trabaje al servicio de la economía real y aporte su parte correspondiente a la sociedad. Se trata de imponer "mayores regulaciones en el sector bancario" y frenar la especulación financiera, estableciendo "cortafuegos eficaces entre la banca comercial y la de la inversión".
   Además, aseguran que impondrán un tope a las bonificaciones de los banqueros y agilizarán la introducción del impuesto sobre las transacciones financieras como "una justa contribución del sector financiero a la sociedad".
   También insistirán en la creación de una agencia de calificación de crédito europea "independiente y pública" y continuarán los esfuerzos para construir una Unión Bancaria sólida, que tenga como objetivo "proteger a los ciudadanos europeos y ofrecer un acceso equitativo y justo al crédito en Europa".

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