ROMA.- Los socialistas y socialdemócratas europeos
quieren que las próximas elecciones al Parlamento europeo acaben con la
"Europa de temor y austeridad", que, dicen, ha "creado la derecha", y
pretenden dar un giro total a la UE si asumen el liderazgo: prometen que
su prioridad será la creación de empleo y el relanzamiento de la
economía, para lo que darán más margen para inversiones en los
presupuestos nacionales, reduciendo los déficits "de un modo justo" y
buscando "mutualizar responsabilidades y derechos en la Eurozona".
Así consta en el manifiesto con el que concurrirán todos los
miembros del Partido Socialista Europeo (PSE), con presencia en los 28
países de la UE, que ha sido aprobado este sábado en Roma, en una cumbre bajo el lema de 'Hacia una nueva Europa', y que los firmantes se
comprometen a acabar con el modelo de la Troika y avanzar a una Unión
"más justa y solidaria".
El programa que defenderán los socialistas en los próximos
comicios -a los que también concurren con un candidato único para
presidir la Comisión Europea, el actual presidente de la Eurocámara,
Martin Schulz, del SPD alemán- se centra en priorizar "la creación de
empleo, una economía productiva, el sentimiento de pertenencia europeo y
el respeto por las personas".
Su objetivo es lograr una Europa que "progrese" y, para ello, han
garantizado que su "primera y principal prioridad" será la creación de
empleo, ya que el "legado de las políticas económicas de los últimos
cinco años" es que casi 27 millones de personas, entre ellos una cuarta
parte de los jóvenes europeos, no tienen trabajo.
Uno de los ejes de sus políticas serán el desarrollo del Plan de
Garantía Juvenil, un programa al que quieren aumentar "sustancialmente"
el presupuesto y ampliar para que abarque a todos los jóvenes menores de
30 años, cinco años más que lo previsto en el actual.
También quieren introducir "una ambiciosa política industrial
europea" y apoyar la "economía social" y las pequeñas y medianas
empresas, así como promover la innovación tecnológica y sostenible,
acabar con el dumping social "eliminando la explotación de los
trabajadores", y "los contratos precarios que afectan a tantos
europeos".
Además, dicen que promoverán la justicia social, con "normas
estrictas que garanticen la igualdad salarial, el trabajo de calidad y
la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras";
fortalecerlos derechos de los sindicatos, el diálogo social y la
legislación contra la discriminación; mejorar la protección de los
trabajadores contratados en un país diferente e introducir "salarios
mínimos dignos en toda Europa, ya sea por ley o mediante negociación
colectiva".
Los socialistas europeos parten de la creencia de que "las
políticas basadas sólo en la austeridad han perjudicado" a las economías
europeas y "castigado a los menos responsables de la crisis". Si se
hacen con la mayoría, se comprometen a que exista "mayor margen de
maniobra para las inversiones en los presupuestos nacionales", con el
objetivo de "expandir la economía en lugar de reducirla".
En su opinión, la crisis ha demostrado que el euro puede actuar
como "un dispositivo de protección eficaz", pero recalcan que los
últimos cinco años han revelado que la construcción de la Unión
Económica y Monetaria de Europa todavía no está completa. En concreto,
defienden la importancia de "mutualizar responsabilidades y derechos
dentro de la Eurozona".
Su intención es reducir los déficits "de un modo justo y
sostenible" y gestionar la deuda pública europea "con nuevos
instrumentos". Además, quieren poner en marcha un mecanismo de
coordinación real de las políticas fiscales y económicas en la zona euro
que tenga en cuenta los efectos sociales de dichas decisiones" en la
comunidad.
Además, defienden que la Eurocámara y los parlamentos nacionales
deben "conservar su soberanía e implicarse por completo en el ejercicio
del control democrático sobre dichas políticas", porque creen que el
legado de la Troika "refleja un claro fracaso". Así, defienden la
creación de "otro modelo", que sea "socialmente responsable y creíble".
"Seremos estrictos guardianes del dinero público, garantizando la
calidad del gasto público y mejorando la eficiencia de los presupuestos
para obtener los mejores resultados para la ciudadanía europea", afirma
el manifiesto, que también a luchar contra el fraude y la evasión
fiscal, que quieren reducir a la mitad para 2020, y los paraísos
fiscales.
Además, en el manifiesto, los socialistas denuncian que los
europeos se han visto "obligados a pagar por los errores y la
irresponsabilidad de un sector financiero no regulado". Recuerdan que el
rescate a los bancos ha costado 1,6 billones de euros a los
contribuyentes y dicen que se asegurarán de que "nunca más los bancos
vuelvan a apostar con la vida de la ciudadanía".
Para ello, defienden el establecimiento "sin dilación" de un marco
adecuado que haga que el sector financiero trabaje al servicio de la
economía real y aporte su parte correspondiente a la sociedad. Se trata
de imponer "mayores regulaciones en el sector bancario" y frenar la
especulación financiera, estableciendo "cortafuegos eficaces entre la
banca comercial y la de la inversión".
Además, aseguran que impondrán un tope a las bonificaciones de los
banqueros y agilizarán la introducción del impuesto sobre las
transacciones financieras como "una justa contribución del sector
financiero a la sociedad".
También insistirán en la creación de una agencia de calificación
de crédito europea "independiente y pública" y continuarán los esfuerzos
para construir una Unión Bancaria sólida, que tenga como objetivo
"proteger a los ciudadanos europeos y ofrecer un acceso equitativo y
justo al crédito en Europa".
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