WASHINGTON.- Las disputas por la reforma a la ley de inmigración en Estados Unidos se intensificaron cuando el presidente Barack Obama
y los republicanos de la Cámara de Representantes se acusaron
mutuamente de obstaculizar los avances, un año después de la
presentación de un proyecto bipartidista.
El día en que se cumplió un año desde la aprobación del proyecto de
ley en el Senado, Obama lanzó sus críticas después de un largo período
en el que intentó fomentar logros en la Cámara.
"Desafortunadamente, los republicanos de la Cámara de Representantes
no han tomado medidas, lo que hace parecer que prefieren el status quo
de un sistema de inmigración quebrado en lugar de una reforma
significativa", declaró Obama en un comunicado publicado por la Casa
Blanca.
"Insto a los republicanos de la Cámara a oír el deseo del pueblo
estadounidense y llevar la reforma de inmigración al pleno de la Cámara
para una votación", agregó.
El presidente reiteró la solicitud en una conversación privada con
el líder de la mayoría en la Cámara baja, Eric Cantor, el segundo
republicano de mayor rango entre los representantes.
El proyecto de ley del Senado, presentado el 16 de abril del 2013 y
aprobado por la Cámara alta en junio, ha permanecido estancado en la
Cámara de Representantes -dominada por los republicanos-, a pesar de su
fuerte respaldo en el Senado controlado por los demócratas.
En los últimos meses ha habido poca evidencia de que la Cámara haya
logrado algún avance para aprobar una exhaustiva reforma inmigratoria en
un año de elecciones legislativas, ni siquiera de manera fragmentada.
En cambio, los republicanos han dedicado muchos de sus esfuerzos a
criticar la ley de salud auspiciada por Obama y pedir su derogación.
El presidente ha advertido que si el Congreso no aprueba el proyecto
de ley, lo obligará a buscar maneras de usar sus poderes ejecutivos
para lograr avances en la política de inmigración de Estados Unidos.
Cantor respondió a Obama en un comunicado posterior el miércoles,
diciendo: "Después de cinco años, el presidente Obama todavía no
aprendió cómo trabaja el Congreso para hacer las cosas. No se puede
atacar a todas las personas a las que se involucra en un diálogo serio".
La declaración de Cantor concluyó con un pedido para que Obama
trabaje con el Congreso para resolver "los problemas que afrontan los
trabajadores estadounidenses de clase media".
En febrero, el presidente de la Cámara de Representantes, John
Boehner, reflotó una serie de principios para la legislación
inmigratoria que incluían la legalización de aquellos que ingresaron a
Estados Unidos ilegalmente o tienen visas vencidas.
Sin embargo, los republicanos más conservadores rechazaron la
propuesta y advirtieron a sus líderes para que eviten una disputa
interna en un año electoral.
Se presume que más de 11 millones de personas se encuentran en
Estados Unidos ilegalmente. Muchos son niños ingresados a través de la
frontera sur con México por sus padres, que en gran parte son empleados
de empresas estadounidenses que buscan mano de obra no cualificada.
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