ESTRASBURGO.- El pleno de la Eurocámara ha aprobado este
martes de forma definitiva - por 603 votos a favor, 21 en contra y 51
abstenciones- una norma que establece el derecho para todos los
residentes en la UE a abrir una cuenta bancaria básica,
independientemente de su nacionalidad o su lugar de residencia.
La nueva
legislación establece que las comisiones y las normas que regulan las
cuentas básicas deben ser transparentes y comparables y facilita el
traslado de cuenta.
Una vez que sea ratificada por los Veintiocho en las próximas
semanas, los Estados miembros dispondrán de dos años para incorporar la
nueva norma a sus respectivas legislaciones nacionales.
Con la nueva legislación, todas las instituciones crediticias, o
al menos un número suficiente de ellas, deberán ofrecer cuentas básicas
que garanticen ofertas competitivas y un acceso fácil a todos los
usuarios de cualquier Estado miembro. Estas ofertas no podrán limitarse a
los bancos que solo ofrecen servicios en Internet.
Cualquier persona que resida de forma legal en la UE podrá abrir
una cuenta básica, incluso si carece de residencia fija, como es el
caso, por ejemplo, de muchos estudiantes de intercambio. Sin embargo,
los Estados miembros podrán pedir a los consumidores que justifiquen su
interés en abrir una cuenta en un país determinado, siempre que se
respeten los derechos de los consumidores y que esto no sea demasiado
difícil de probar para ellos.
La nueva ley tiene por objetivo garantizar que cualquier persona
que abre una cuenta es capaz de entender las comisiones y los tipos de
interés aplicados, así como comparar las distintas ofertas. Para ello,
se crearán webs independientes de comparación en cada Estado miembro.
Estos sitios web serán gestionados por las autoridades competentes
o por otras autoridades públicas y operadores privados. Esta
información tendrá que ser clara y estandarizada en toda la UE. Además,
los bancos estarán obligados a informar a sus clientes de que ofrecen
cuentas bancarias básicas.
Las cuentas básicas deben permitir a los usuarios pagar o retirar
dinero y realizar transferencias dentro de la UE, incluidas las
transferencias realizadas a través de tarjetas de crédito y en internet.
Todos los usuarios podrán ejecutar un número determinado de operaciones
sin ningún coste o con un coste razonable. Sin embargo, los Estados
miembros decidirán si las cuentas básicas tienen posibilidades de
descubierto, así como el importe máximo y su duración.
Los prestadores de servicios de pago deberán ofrecer el traslado
de cuenta en la misma moneda y el mismo país sin costes. Por otro lado,
los bancos estarán obligados a devolver a los consumidores cualquier
pérdida financiera, incluidos gastos e intereses de demora, ocasionados
por errores en el proceso de traslado de cuenta.
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