MADRID.- Los consumidores domésticos españoles tienen la
sexta tarifa eléctrica más cara de la Unión Europea, sólo superada por
las de Dinamarca, Alemania, Chipre, Irlanda e Italia. Y ello pese a que
los costes propios de la energía (generación, transporte y distribución)
están entre los más bajos del continente, según el 'Análisis
comparativo de los precios de la electricidad en la Unión Europea: una
perspectiva española', un estudio elaborado por el profesor David
Robinson, investigador principal del Oxford Institute for Energy
Studies.
Entre otros aspectos, el informe compara lo que
pagaban los usuarios domésticos -los que están en la banda de consumo
entre los 2.500 y los 5.000 kilovatios/hora al año- por el recibo de la
luz en cada país de la Unión Europea durante el primer semestre de 2013.
Y concluye que por cada 100 euros de la factura eléctrica que abonan
los españoles, 51 corresponden a costes ajenos al suministro. El informe
mete en esta clasificación las primas al régimen especial (renovables,
cogeneración y tratamiento de residuos), los costes de llevar la
electricidad a las islas, las ayudas al carbón, las anualidades del
déficit de tarifa o los impuestos (sobre la electricidad e IVA).
Es lo que el investigador denomina 'cuña
gubernamental', y que en la media de los 27 países de la unión supone un
31% de la factura final. Según se desprende del estudio, esa 'cuña
gubernamental' disminuye «de forma ostensible» para la mediana y gran
industria, que se benefician de la posibilidad de soportar una parte
sustancialmente menor de los gravámenes y otros peajes de acceso, así
como de la posibilidad de recuperar el IVA. Así, en la primera mitad de
2013, España ocupó el decimoséptimo puesto de la UE en lo que se refiere
a precios para grandes consumidores industriales (consumo anual de
entre 70.000 y 150.000 megavatios/hora). En el mismo periodo analizado, y
para las industrias de tamaño medio (entre 500 y 2.000 Mw/h), España
aparecía en el noveno lugar del ránking.
El informe revela que, entre el segundo semestre
de 2007 y el primero de 2013, los precios para los usuarios domésticos
españoles aumentaron en un 59,1%, de forma que pasaron de situarse
ligeramente por debajo de la media de la UE en 2008 (concretamente en el
puesto 12) a estar por encima de ella el pasado año.
Otra de las conclusiones del estudio es que la
tarifa doméstica se ha encarecido más rápido que la media ponderada de
la UE entre 2008 y 2012, mientras que el precio de los mercados
mayoristas (el coste de poner en la red la energía) «ha seguido en gran
medida la tendencia de estabilidad de otros países» europeos.
El profesor Robinson destaca que una proporción
cada vez menor del precio final de la electricidad en la UE está ligada a
la evolución del mercado o a la regulación de las actividades de redes,
en detrimento de la que depende de decisiones políticas. Así, la 'cuña
gubernamental' aumenta en todo el continente, aunque este crecimiento ha
sido más acusado en España que en la mayoría del resto de países, sobre
todo para los consumidores más pequeños.
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