LONDRES.- Los bancos europeos deben demostrar que son capaces de
sobrevivir a caídas simultáneas en bonos, activos inmobiliarios y
acciones en las pruebas más duras hasta la fecha en las que los
reguladores quieren recuperar la confianza en una industria que ha
tenido que ser rescatada por los contribuyentes tras la crisis
financiera.
La Autoridad Bancaria Europea (EBA) dijo el martes que medirá la
resistencia de 124 entidades de los 28 países de la Unión Europea para
ver si tendrían capital suficiente incluso si encaran un cóctel tóxico
de circunstancias adversas.
El regulador europeo ha preparado escenarios que entidades como
Deutsche Bank, BNP Paribas o Barclays deben encarar en las pruebas cuyos
resultados serán publicados en octubre, lo que ha levantado
expectativas de que los bancos podrían finalmente dejar atrás la crisis y
prestar más dinero a la economía.
Durante el periodo de tres años que analizan los test de estrés, un
año más que en los ejercicios previos, los bancos deben mostrar que
pueden lidiar con una caída acumulada de la actividad económica del 2,1
por ciento, mucho peor que el 0,4 por ciento de los anteriores análisis.
Una evolución económica tan pobre empujaría el desempleo hasta el 13
por ciento y reduciría un 20 por ciento de media los precios
inmobiliarios, lo que desataría una oleada de impagos en los préstamos
que tiene la banca en sus libros.
De forma separada, las aseguradoras europeas también están siendo
analizadas por su propio regulador, en un intento político de atajar las
críticas del mercado de que la UE no había sido tan dura en su
respuesta a la crisis financiera como Estados Unidos.
Bancos europeos como UniCredit están ya incrementando su capital
para evitar la humillación de fallar las pruebas y, antes de que el
Banco Central Europeo (BCE) se vuelva su supervisor en noviembre como
parte de la nueva unión bancaria europea para intensificar la vigilancia
sobre la banca.
Las anteriores pruebas no han sido suficientes para convencer a los
mercados y esta vez el BCE está revisando los balances de los grandes
bancos europeos para asegurarse que los las pruebas se basan en cifras
fiables en primer lugar.
"La total transparencia del ejercicio será clave para su
credibilidad", dijo el presidente de la EBA Andrea Enria en un
comunicado en el que destacaba los diferentes retos que deberá encarar
la banca en las pruebas.
"Mostrará cómo los esfuerzos que han realizado recientemente los
bancos europeos ya están dando sus frutos y dotarán de un marco común
para los próximos pasos que darán supervisores y bancos".
Los bancos que no pasen las pruebas tendrán un periodo de tiempo
para levantar capital de los inversores, reduciendo dividendos o
vendiendo activos.
En el caso de España, las pruebas de resistencia contemplan en el
escenario adverso una caída del 0,3 por ciento de la economía en 2014,
un descenso del 1 por ciento en 2015 y un débil crecimiento del 0,1 por
ciento en 2016.
Esto equivaldría a una desviación respecto al escenario base del 5,9 por ciento en el período acumulado a tres años.
"El escenario adverso supondría que España entrara en una tercera
recesión, lo que sería un escenario de muy poca probabilidad, inferior
al 1 por ciento", recordó el martes una fuente del Banco de España.
El consejero delegado de Banco Santander, Javier Marín, consideró
que el escenario utilizado por la EBA era el más duro que se había
utilizado nunca porque se estresaba un escenario ya de por sí estresado.
"Asumiendo que se estresaran igual, el escenario para España sería
mucho más duro (que para otros países europeos) porque el punto de
partido es radicalmente distinto (...) aquí hemos vivido una crisis muy
profunda, con caídas importantes del PIB, con aumentos históricos de la
tasa de desempleo, con caídas del precio de la vivienda muy
significativas", dijo Javier Marín, consejero delegado de Banco
Santander, durante de prensa de resultados del banco.
Además, para el desempleo la EBA pronostica una tasa de desempleo en
España del 26,3 por ciento en 2014, del 26,8 por ciento en 2015 y del
27,1 por ciento en 2016.
Para Europa, el escenario es más adverso en relación con el
crecimiento económico, con caídas del 0,7 por ciento en 2014, 1,5 por
ciento en 2015 y un crecimiento del 0,1 por ciento por ciento en 2016.
El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre,
destacó que en general las pruebas contemplaban un escenario menos duro
para España que el de hace dos años y se mostró confiado en que la banca
española pudiera superar las pruebas, aunque no descartó que alguna
entidad tuviera que levantar capital.
"La banca está en una muy buena situación para superar la prueba de
resistencia, sin perjuicio de que alguna entidad pueda necesitar un
esfuerzo de recapitalización de menor entidad", dijo Latorre.
En esta ocasión, los bancos no podrán incluir las medidas previstas
para levantar capital después de la fecha límite de diciembre de 2013.
Los bancos también tendrán que demostrar que mientras sus activos se
ven deteriorados, pueden gestionar los pasivos, lo que implica que
podrían asumir unos costes de financiación más altos de los que los
mercados ofrecerían incluso aunque las pruebas limiten los ingresos de
los intereses y el trading.
Las entidades dispondrán de un plazo de seis meses para cumplir con
los déficit de capital requeridos en el escenario base y de nueve meses
en el escenario adverso.
En el escenario base, las entidades tienen que tener un ratio de
core capital Tier-1 del 8 por ciento y del 5,5 por ciento en el adverso.
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