MADRID.- El Rey de España viajará mañana a Abu Dabi en una visita oficial a
Emiratos Árabes Unidos y Kuwait a la que le acompañan cuatro ministros y
una quincena de empresarios y en la que impulsará la cooperación
política y los proyectos españoles en sectores como infraestructuras,
defensa y energías renovables.
Los ministros José Manuel García-Margallo (Asuntos Exteriores), Pedro Morenés (Defensa), Ana Pastor (Fomento) y José Manuel Soria
(Industria, Energía y Turismo) mantendrán encuentros con las
autoridades de ambos países, firmarán en Kuwait un convenio de
cooperación en infraestructuras de transporte y suscribirán tres
acuerdos en Abu Dabi, relativos a lucha contra el crimen organizado,
cooperación cultural y la creación de una comisión bilateral.
En cuanto a los empresarios, presidentes o altos ejecutivos de
Abengoa, ACS, Airbus, Cadagua-Ferrovial, Cepsa, Constructora San José,
FCC, Indra, Ineco, Nvantia, OHL, Sener, Técnicas Reunidas y Typsa
formarán parte de la delegación en Abu Dabi, mientras que los
responsables de Aldeasa, Isolux y Aqualia se sumarán a la agenda
prevista en Kuwait.
Este viaje irá seguido de los que realizará el Rey a lo largo del
trimestre para visitar Omán, Barhéin, Arabia Saudí y Qatar, una gira en
varias fases que aprovechará su estrecha relación personal que mantiene
desde hace décadas con jefes de Estado y familias reales de la región
para respaldar los intereses económicos españoles en todos los países
del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
No hay ninguna zona del mundo que concentre mayor volumen de negocio
potencial para las empresas españolas en tan poco espacio como el área
del CCG, inmersa en ambiciosos proyectos culturales, educativos,
sanitarios, de infraestructuras y energías alternativas para garantizar
un futuro no dependiente del petróleo, que copa hoy día un 40 por ciento
del PIB de Emiratos y casi un 60 del de Kuwait.
Nada más llegar a Abu Dabi, don Juan Carlos cumplirá la tradicional
visita protocolaria al mausoleo donde reposan los restos del jeque Zayed
bin Sultán al Nayan, fundador de la Federación de Emiratos Árabes
Unidos -a cuyos funerales asistió en 2004 el Príncipe de Asturias-,
junto a una de las mayores mezquitas del mundo.
El programa económico comienza el lunes con una presentación de
Mubadala, brazo inversor del Gobierno del emirato, y ese día la agenda
incluye reuniones entre ministros españoles y emiratíes, un encuentro
empresarial ante el que intervendrá don Juan Carlos, la firma de
acuerdos bilaterales y una cena oficial ofrecida por el príncipe
heredero, el jeque Mohamed bin Zayed al Nahyan.
Entre los intereses españoles que pueden verse favorecidos con el
viaje a Emiratos destacan los planes de varias empresas para participar
en la construcción del Metro de Abu Dabi -cuyo volumen de negocio ronda
los 8.000 millones de dólares- y en la obra civil de la feria
internacional prevista para 2020, que movilizará unos 20.000 millones.
Navantia opta además a suministrar 13 buques y Airbus a vender nueve
aeronaves, mientras que otras compañías españolas aspiran también a
tomar parte en la adjudicación de obras como la construcción de un
centro hospitalario, una planta de residuos y otra de generación de agua
y electricidad.
Además de abrir camino a nuevos proyectos, esta visita intentará
buscar "una salida lo más airosa posible para todos" -según fuentes
diplomáticas- al contencioso con Masdar, empresa del fondo soberano de
Abu Dabi que gestiona junto a la española Sener tres centrales
termosolares en Sevilla y Cádiz y se ha visto afectada por los cambios
en la política sobre ayudas a energías renovables.
La delegación española tratará igualmente de garantizar que ningún
otro proyecto bilateral se vea perjudicado por este caso, después de que
Masdar haya planteado una demanda de arbitraje contra España en el
Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
(Ciadi).
Una presentación de la ciudad financiera de Abu Dabi completa al día
siguiente la visita a Emiratos, un país estratégico por su papel
político moderador en la zona del Golfo y su capacidad inversora, cuyo
fondo soberano es el más importante del mundo, con recursos financieros
por valor de 800.000 millones de dólares, y controla la totalidad del
capital de la petrolera española Cepsa.
En Kuwait, la importancia de esta nación como interlocutor político
regional de primer nivel quedará de relieve en los encuentros que el Rey
mantendrá el martes con diversas autoridades y en una entrevista con el
emir, jeque Sabah al Ahmad al Sabah, seguida de cena oficial.
La agenda económica de esta etapa se concentrará en el encuentro
empresarial previsto para el miércoles, ante el que el monarca
pronunciará un discurso y en el que se abordarán, entre otros proyectos,
el interés de Aldeasa en la ampliación del aeropuerto, las propuestas
de Indra para suministrar sistemas de control y la oferta de Navantia
para vender dos corbetas.
Las aspiraciones españolas ante la ampliación del puerto de Kuwait,
la construcción de una calzada elevada y las obras de la red de Metro y
ferrocarril de cercanías serán también examinadas en este foro, con el
que don Juan Carlos completará su visita oficial.
España multiplicó por diez su presencia en el Golfo el año pasado
En Arabia Saudí, en toda la región del golfo Pérsico, hacen falta vías de tren, autopistas, aeropuertos, hoteles, hospitales, líneas de metro, todo lo que pueda ganarle espacio al desierto. Las empresas españolas están atentas al proceso. En los últimos años, su presencia en el golfo Pérsico se ha multiplicado.
Las cifras absolutas ilustran el fenómeno. Según fuentes del sector, la contratación de obras de empresas españolas en el área se ha elevado a 3.200 millones de euros en el 2013. Diez veces más que los 360 millones que se habían firmado en el 2012. "Y es normal -dicen esas mismas fuentes-. Es cierto que el golfo Pérsico se ha puesto las pilas. Se ha visto con el célebre AVE de La Meca-Medina, o con los metros de Doha y Riad. España, que hasta ahora se había decantado por Latinoamérica, por la UE e incluso por Estados Unidos, ha comprendido que debe estar en el Golfo".
A ojos de todos los expertos, la construcción del AVE del desierto es la niña bonita: dentro de dos años, el tren rápido invertirá dos horas y media en cubrir los 450 kilómetros que separan las ciudades santas de La Meca y Medina (Arabia Saudí), en una obra adjudicada en el 2011 por 6.736 millones a un consorcio de doce empresas españolas liderado por OHL, Renfe, Adif o Copasa.
El AVE del desierto es la niña bonita, pero no es la única. Hay empresas españolas en proyectos aún más costosos. FCC tiene un peso del 38,5% en el consorcio internacional que construirá las líneas 4, 5 y 6 del metro de Riad por 16.300 millones de euros. FCC también está detrás de la línea roja del metro de Doha. ACS, de la ampliación del aeropuerto de Yida.
El grupo San José construirá el museo del Louvre y el complejo hospitalario de Al-Ain, ambos en Abu Dabi. Ferrovial levanta desaladoras y potabilizadoras en Omán. Sener y Typsa preparan el tren ligero de Abu Dabi.
De fondo, Adif, Renfe y CAF andan detrás de otros dos grandes proyectos saudíes: el tren que cortará el país de norte a sur y la línea transversal entre el golfo Pérsico y el mar Rojo.
España multiplicó por diez su presencia en el Golfo el año pasado
En Arabia Saudí, en toda la región del golfo Pérsico, hacen falta vías de tren, autopistas, aeropuertos, hoteles, hospitales, líneas de metro, todo lo que pueda ganarle espacio al desierto. Las empresas españolas están atentas al proceso. En los últimos años, su presencia en el golfo Pérsico se ha multiplicado.
Las cifras absolutas ilustran el fenómeno. Según fuentes del sector, la contratación de obras de empresas españolas en el área se ha elevado a 3.200 millones de euros en el 2013. Diez veces más que los 360 millones que se habían firmado en el 2012. "Y es normal -dicen esas mismas fuentes-. Es cierto que el golfo Pérsico se ha puesto las pilas. Se ha visto con el célebre AVE de La Meca-Medina, o con los metros de Doha y Riad. España, que hasta ahora se había decantado por Latinoamérica, por la UE e incluso por Estados Unidos, ha comprendido que debe estar en el Golfo".
A ojos de todos los expertos, la construcción del AVE del desierto es la niña bonita: dentro de dos años, el tren rápido invertirá dos horas y media en cubrir los 450 kilómetros que separan las ciudades santas de La Meca y Medina (Arabia Saudí), en una obra adjudicada en el 2011 por 6.736 millones a un consorcio de doce empresas españolas liderado por OHL, Renfe, Adif o Copasa.
El AVE del desierto es la niña bonita, pero no es la única. Hay empresas españolas en proyectos aún más costosos. FCC tiene un peso del 38,5% en el consorcio internacional que construirá las líneas 4, 5 y 6 del metro de Riad por 16.300 millones de euros. FCC también está detrás de la línea roja del metro de Doha. ACS, de la ampliación del aeropuerto de Yida.
El grupo San José construirá el museo del Louvre y el complejo hospitalario de Al-Ain, ambos en Abu Dabi. Ferrovial levanta desaladoras y potabilizadoras en Omán. Sener y Typsa preparan el tren ligero de Abu Dabi.
De fondo, Adif, Renfe y CAF andan detrás de otros dos grandes proyectos saudíes: el tren que cortará el país de norte a sur y la línea transversal entre el golfo Pérsico y el mar Rojo.
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