BARCELONA.- El vicepresidente de la CE y comisario de
Competencia, Joaquín Almunia, ha urgido a que Europa sepa
dotarse de un mercado único energético para evitar tres peligros: un
gran encarecimiento de la energía, "problemas serios de seguridad
energética" y la gran dependencia del gas ruso en algunos países.
"Tenemos 28 mercados energético, no uno", dijo Almunia, que no ve
perspectivas de avanzar hacia un mercado único de la energía, lo que,
además, impediría seguir avanzando contra el cambio climático porque
habría que anteponer las necesidades primarias de la oferta energética y
los precios.
Almunia también ha considerado evidente que debe reforzarse la
agenda de política exterior: "Ucrania está ahí para recordárnoslo. No
podemos ignorar el desafío enorme que tenemos para nuestra seguridad por
primera vez, al menos, desde el final de la Guerra Fría".
Ha argumentado que la situación de Ucrania, por motivos
históricos, pero también por las consecuencias sobre la política
energética que se pueden manifestar la próxima semana si no mejora la
situación, "puede haber una reacción que lleve a un 'shock' energético y
que deje a países europeos en una situación muy difícil".
Almunia ha constatado que la crisis continúa aunque la economía
presenta signos de mejora, y ha añadido que el paro no se resolverá
hasta que haya crecimiento: "Si queremos crecimiento, una vez producidos
los ajustes macroeconómicos, hay que ver dónde está la inversión, la
financiación de la inversión y la demanda para lo que se va a invertir".
Ha sostenido que la financiación está en vías de solución, y en
cuanto a la inversión ha apuntado que hay que encontrar la manera de
llenar las carteras de quienes pueden invertir, ya que hay oportunidades
a nivel europeo bastante claras, como las infraestructuras físicas,
energéticas y las relacionadas con las telecomunicaciones y la era
digital: "Ofrecen parte importante de la solución".
"Hace falta voluntad política", según él, y ha indicado que la
Zona Euro está en vías de solucionar el desajuste fiscal y el de las
balanzas por cuenta corriente de países de la periferia, pero tiene un
problema de superávit exterior.
Así, ha explicado que la Zona Euro tiene un problema de exceso de
ahorro que no se está utilizando para invertir, lo que genera un gran
interrogante: "No veo de dónde va a salir la capacidad de crecimiento
para salir de la crisis y no estar al borde de la deflación. Éste es el
desafío más urgente que van a tener las nuevas instituciones europeas".
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