NICOSIA.- La Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario
Internacional, la troika de acreedores internacionales, consideraron hoy
que la contracción económica de Chipre este año será menor de la
prevista.
Al concluir la cuarta revisión a esa nación, luego de otorgarle un
rescate de 10.000 millones de euros para evitar la quiebra en 2013, la
troika concluyó que el Producto Interno Bruto (PIB) chipriota declinará
este año 4,2 por ciento, una mejora de 0,6 por ciento respecto a la
previsión inicial.
En opinión de la triada de prestamistas, el programa de ajustes exigido a cambio de la ayuda financiera avanza por buen camino, pero advirtieron sobre riesgos relativos al alto desempleo y a la contracción del crédito.
No obstante, admitieron que las autoridades de Nicosia impulsan la economía por lo que existe la posibilidad de que el país pueda volver a los mercados antes de lo previsto.
También consideraron que los objetivos fiscales para el primer trimestre del corriente se cumplieron con un margen considerable, como reflejo de una evolución de los ingresos mejor de lo esperado y de una ejecución presupuestaria prudente.
Además, hubo progresos en la recapitalización y la consolidación del sector de cooperativas de crédito, y los bancos avanzan con sus planes de reestructuración, afirmaron los acreedores internacionales.
El programa del rescate impuso como condiciones cerrar un banco deficitario y obligó a que clientes con depósitos elevados asumieran pérdidas.
El ministro de Finanzas, Haris Georgiades, adelantó en conferencia de prensa que a finales de junio la troika debe entregar un crédito por más de 600 millones de euros como parte del rescate financiero al país.
A pesar de los avances existe una alta incertidumbre macroeconómica y riesgos que pueden pesar sobre los resultados fiscales.
Ante esa situación urge reducir el déficit fiscal y lograr un superávit fiscal primario del cuatro por ciento del PIB, con el fin de que la deuda pública decrezca de forma sostenida.
El gobierno chipriota prepara una reforma del sistema de asistencia social, incluido el establecimiento de un esquema de ingresos mínimos para proteger a los grupos vulnerables durante la crisis actual.
En opinión de la triada de prestamistas, el programa de ajustes exigido a cambio de la ayuda financiera avanza por buen camino, pero advirtieron sobre riesgos relativos al alto desempleo y a la contracción del crédito.
No obstante, admitieron que las autoridades de Nicosia impulsan la economía por lo que existe la posibilidad de que el país pueda volver a los mercados antes de lo previsto.
También consideraron que los objetivos fiscales para el primer trimestre del corriente se cumplieron con un margen considerable, como reflejo de una evolución de los ingresos mejor de lo esperado y de una ejecución presupuestaria prudente.
Además, hubo progresos en la recapitalización y la consolidación del sector de cooperativas de crédito, y los bancos avanzan con sus planes de reestructuración, afirmaron los acreedores internacionales.
El programa del rescate impuso como condiciones cerrar un banco deficitario y obligó a que clientes con depósitos elevados asumieran pérdidas.
El ministro de Finanzas, Haris Georgiades, adelantó en conferencia de prensa que a finales de junio la troika debe entregar un crédito por más de 600 millones de euros como parte del rescate financiero al país.
A pesar de los avances existe una alta incertidumbre macroeconómica y riesgos que pueden pesar sobre los resultados fiscales.
Ante esa situación urge reducir el déficit fiscal y lograr un superávit fiscal primario del cuatro por ciento del PIB, con el fin de que la deuda pública decrezca de forma sostenida.
El gobierno chipriota prepara una reforma del sistema de asistencia social, incluido el establecimiento de un esquema de ingresos mínimos para proteger a los grupos vulnerables durante la crisis actual.
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