martes, 6 de mayo de 2014

Los ministros de Energía del G-7 están por una salida pacífica a la crisis ucraniana

ROMA.- Los ministros de Energía de los siete países más industrializados (G-7) abogaron hoy por una salida política y un diálogo entre las partes enfrentadas en Ucrania, donde se instauró un gobierno ultraderechista tras un golpe de Estado. 

Los titulares de Francia, Estados Unidos, Japón, Canadá, Reino Unido y Alemania acordaron, además, un plan de 13 puntos para reducir al máximo la dependencia energética de Rusia, país que se ausenta ahora a las reuniones del club de naciones industrializadas.

Tras una ruptura constitucional el pasado 22 de febrero, cuando paramilitares tomaron las sedes del Parlamento, el Gobierno y la Presidencia, Rusia desconoció la legalidad del ejecutivo interino y apoyó el regreso de Crimea a su seno.

El gigante gasífero ruso Gazprom suministra el 30 por ciento del gas consumido por Europa, cuyo 80 por ciento circula a través de gasoductos en Ucrania, donde el ejército opera contra grupos de autodefensa de la población sublevada en el sureste de esa nación.

Moscú en su momento advirtió que sería absurdo, inviable e ilógico desde el punto de vista comercial aplicar medidas propuestas por los ministros de Energía del G-7, incluida la importación de gas licuado y el aumento de almacenes y de gasoductos. 

El propio titular alemán de la referida esfera, Sigmar Gabriel, reconoció que el plan para reducir al mínimo la dependencia energética de Rusia resulta imposible materializarlo a corto plazo, por lo que llevaría años para ponerlo en práctica.

Rusia programaba construir una ramificación adicional del gasoducto North Stream que parte del norte de Rusia, a través del mar Báltico, hasta una planta en Alemania, en un intento por evitar el traslado de ese combustible por territorio ucraniano.

Para el ministro británico de Energía, Ed Davey, el plan de 13 puntos busca desbancar a Moscú como proveedor privilegiado de energía a Europa.

Rusia, tras la aprobación de sanciones en su contra por parte de la Unión Europea por la posición que asumió en la crisis ucraniana, anunció la posibilidad de dar un giro para aumentar de forma considerable los suministros de gas hacia Estados asiáticos.

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