sábado, 17 de mayo de 2014

Crítica a Alemania / Pedro Villalar

El último informe de la OCDE sobre Alemania ha servido para evidenciar las carencias del país líder de la Unión Europea, cuya ciudadanía parece adormecida y cuyas fuerzas políticas sestean en una coalición que algún progresista audaz podría calificar de indecente.

En efecto, el informe señala que las reformas de la última década han permitido al país situar su tasa de paro entre las más bajas de la OCDE; sin embargo, el rápido incremento de empleados con bajos salarios y el gran número de trabajadores temporales representan un problema: "la fuerte caída del desempleo no ha reducido la desigualdad o el riesgo de pobreza", observa la organización, que recomienda a Berlín tomar medidas para reducir la brecha entre los trabajadores fijos, que generalmente ganan más y están más protegidos en caso de despido, de los temporales, con menor protección y menor salario. 

En concreto, pide la implantación de un salario mínimo „designio en marcha, a instancias del SPD„ y una equiparación de la protección a los trabajadores temporales y permanentes.

Los ocho millones de minijobs, mal pagados y sin expectativas, distorsiona el modelo alemán y frena las demandas legítimas de los demás asalariados. Y esta situación átona del mercado laboral frena el consumo interno y en cambio estimula la competitividad, con lo que Alemania hace competencia desleal a los demás países exportadores europeos. Conflictivo socio, Alemania, para los países del sur.

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