viernes, 2 de mayo de 2014

El Vaticano necesita transparencia financiera, según el Papa

CIUDAD DEL VATICANO.- Los administradores del Vaticano necesitan un "cambio de mentalidad" y deben garantizar que las finanzas de la Santa Sede sean eficientes, transparentes y fundamentalmente destinadas a ayudar a los más necesitados, dijo el viernes el papa Francisco.

El Papa realizó las declaraciones en un discurso a miembros de un nuevo organismo llamado el Consejo para la Economía, un grupo de 15 prelados y personas laicas de todo el mundo que fijará la política económica para la Santa Sede y controlará las finanzas.
"Una nueva mentalidad de servicio evangélico debe establecerse en las varias administraciones de la Santa Sede", dijo el Papa. "El Consejo para la Economía tendrá un papel significativo en este proceso de reforma", agregó.
Los miembros del consejo provienen de 12 países. Ninguno es un burócrata del Vaticano. Aportarán una guía económica a un nuevo departamento llamado Secretaría para la Economía, encabezado por el cardenal australiano George Pell.
Pell no tuvo un puesto anterior en el Vaticano.
La creación en febrero de ambos organismos, así como el cargo de auditor general, revolucionó las finanzas del Vaticano, plagadas de escándalos, al invitar a expertos externos a un mundo con frecuencia visto como turbio y hermético.
Francisco, elegido en marzo de 2013, dijo a los miembros del consejo que las finanzas de la Iglesia debían estar al servicio de su "misión de evangelización con particular atención en los necesitados".
"No debemos alejarnos de este camino. Todo, transparencia, eficiencia, todo por esta finalidad", afirmó.
En otra señal de que quiere deshacerse de la centralización en la Iglesia, a la que se responsabiliza de algunos de los escándalos pasados, Francisco dijo que los cardenales y obispos en el organismo no tendrán privilegios.
El Papa dijo a los expertos financieros laicos que ellos "no eran miembros de segunda clase (...) todos están en el mismo nivel".
Dos departamentos del Vaticano, su banco, cuyo nombre oficial es Instituto de Obras para la Religión (IOR), y la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) han estado en el centro de los escándalos de los últimos años.
Jueces italianos investigan al banco, acusados de violar procedimientos contra el lavado de dinero. El Vaticano rechazó las acusaciones.
Monseñor Nunzio Scarano, quien trabajó como contable en APSA durante 22 años y que tenía vínculos cercanos con el IOR, actualmente encara un juicio, acusado de contrabando de millones de euros a Italia desde Suiza para ayudar a amigos ricos a evitar impuestos.
Scarano también fue acusado del lavado de millones de euros a través del banco. El prelado dice que el dinero en sus cuentas del IOR eran donaciones, algo que cuestionan los jueces italianos. El IOR realizó su propia investigación a Scarano y compartió sus conclusiones con los magistrados.
En los 14 meses bajo la dirección del alemán Ernst von Freyberg, el IOR cerró cientos de cuentas, estableció estrictas normas contra el lavado de dinero y lanzó varias investigaciones sobre actividades sospechosas.
Francisco consideró cerrar el banco y finalmente decidió mantenerlo operativo pero con un programa de reformas continuas.

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