CIUDAD DEL VATICANO.- Los administradores del Vaticano necesitan un "cambio de mentalidad"
y deben garantizar que las finanzas de la Santa Sede sean eficientes,
transparentes y fundamentalmente destinadas a ayudar a los más
necesitados, dijo el viernes el papa Francisco.
El Papa realizó las declaraciones en un discurso a miembros de un
nuevo organismo llamado el Consejo para la Economía, un grupo de 15
prelados y personas laicas de todo el mundo que fijará la política
económica para la Santa Sede y controlará las finanzas.
"Una nueva mentalidad de servicio evangélico debe establecerse en
las varias administraciones de la Santa Sede", dijo el Papa. "El Consejo
para la Economía tendrá un papel significativo en este proceso de
reforma", agregó.
Los miembros del consejo provienen de 12 países. Ninguno es un
burócrata del Vaticano. Aportarán una guía económica a un nuevo
departamento llamado Secretaría para la Economía, encabezado por el
cardenal australiano George Pell.
Pell no tuvo un puesto anterior en el Vaticano.
La creación en febrero de ambos organismos, así como el cargo de
auditor general, revolucionó las finanzas del Vaticano, plagadas de
escándalos, al invitar a expertos externos a un mundo con frecuencia
visto como turbio y hermético.
Francisco, elegido en marzo de 2013, dijo a los miembros del consejo
que las finanzas de la Iglesia debían estar al servicio de su "misión
de evangelización con particular atención en los necesitados".
"No debemos alejarnos de este camino. Todo, transparencia, eficiencia, todo por esta finalidad", afirmó.
En otra señal de que quiere deshacerse de la centralización en la
Iglesia, a la que se responsabiliza de algunos de los escándalos
pasados, Francisco dijo que los cardenales y obispos en el organismo no
tendrán privilegios.
El Papa dijo a los expertos financieros laicos que ellos "no eran
miembros de segunda clase (...) todos están en el mismo nivel".
Dos departamentos del Vaticano, su banco, cuyo nombre oficial es
Instituto de Obras para la Religión (IOR), y la Administración del
Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) han estado en el centro de los
escándalos de los últimos años.
Jueces italianos investigan al banco, acusados de violar
procedimientos contra el lavado de dinero. El Vaticano rechazó las
acusaciones.
Monseñor Nunzio Scarano, quien trabajó como contable en APSA durante
22 años y que tenía vínculos cercanos con el IOR, actualmente encara un
juicio, acusado de contrabando de millones de euros a Italia desde
Suiza para ayudar a amigos ricos a evitar impuestos.
Scarano también fue acusado del lavado de millones de euros a través
del banco. El prelado dice que el dinero en sus cuentas del IOR eran
donaciones, algo que cuestionan los jueces italianos. El IOR realizó su
propia investigación a Scarano y compartió sus conclusiones con los
magistrados.
En los 14 meses bajo la dirección del alemán Ernst von Freyberg, el
IOR cerró cientos de cuentas, estableció estrictas normas contra el
lavado de dinero y lanzó varias investigaciones sobre actividades
sospechosas.
Francisco consideró cerrar el banco y finalmente decidió mantenerlo operativo pero con un programa de reformas continuas.
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