TOKIO.- El gasto de los consumidores japoneses registró en abril su mayor
caída en tres años, sobre todo por el impacto del aumento del impuesto a
las ventas a nivel nacional, muestra hoy un informe gubernamental.
El deterioro fue de 4,6 por ciento en comparación con igual período de
2013, más que la estimación promedio de un descenso de 3,2 por ciento.
También la producción industrial cayó más de lo previsto, ya que las compañías redujeron su productividad para evitar un aumento de sus inventarios debido al menor gasto estimado como consecuencia del aumento del impuesto a las ventas.
Funcionarios del Banco Central de ese país, pronosticaron que el medidor se recuperará rápido, pues el mercado laboral sigue siendo ajustado.
Sin embargo, expertos remarcaron que el descenso superior a lo esperado del consumo en abril y una desaceleración de la actividad industrial podrían aumentar las posibilidades de nuevas medidas de política monetaria.
El Banco informó recientemente que quedó igual su programa de estímulo monetario con la finalidad de terminar con el ciclo deflacionario que afecta a esta nación desde hace más de 15 años.
Tal decisión apareció al término de la reunión mensual de dos días de esta instancia financiera nipona.
Los nueve miembros de su junta de política monetaria aprobaron por unanimidad sostener dicho plan de compra masiva de deuda pública.
De esa manera, la institución continuará con operaciones para incrementar la base monetaria a un ritmo anual de 60 a 70 billones de yenes (unos 743 millones de euros).
Sobre la evaluación de la economía japonesa, prevé que continúe en la tendencia de la recuperación moderada, pese a augurar una afectación como consecuencia de una caída en la demanda.
La entidad lanzó un intenso programa de estímulos en abril del año pasado, cuando prometió llevar la inflación hasta dos por ciento en unos dos años.
Muchos inversores vaticinan un alivio de su política alrededor de julio ante la perspectiva de que el crecimiento económico no será lo suficiente fuerte como para impulsar el alza de los precios.
También la producción industrial cayó más de lo previsto, ya que las compañías redujeron su productividad para evitar un aumento de sus inventarios debido al menor gasto estimado como consecuencia del aumento del impuesto a las ventas.
Funcionarios del Banco Central de ese país, pronosticaron que el medidor se recuperará rápido, pues el mercado laboral sigue siendo ajustado.
Sin embargo, expertos remarcaron que el descenso superior a lo esperado del consumo en abril y una desaceleración de la actividad industrial podrían aumentar las posibilidades de nuevas medidas de política monetaria.
El Banco informó recientemente que quedó igual su programa de estímulo monetario con la finalidad de terminar con el ciclo deflacionario que afecta a esta nación desde hace más de 15 años.
Tal decisión apareció al término de la reunión mensual de dos días de esta instancia financiera nipona.
Los nueve miembros de su junta de política monetaria aprobaron por unanimidad sostener dicho plan de compra masiva de deuda pública.
De esa manera, la institución continuará con operaciones para incrementar la base monetaria a un ritmo anual de 60 a 70 billones de yenes (unos 743 millones de euros).
Sobre la evaluación de la economía japonesa, prevé que continúe en la tendencia de la recuperación moderada, pese a augurar una afectación como consecuencia de una caída en la demanda.
La entidad lanzó un intenso programa de estímulos en abril del año pasado, cuando prometió llevar la inflación hasta dos por ciento en unos dos años.
Muchos inversores vaticinan un alivio de su política alrededor de julio ante la perspectiva de que el crecimiento económico no será lo suficiente fuerte como para impulsar el alza de los precios.
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