BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino ha girado fondos a Estados Unidos para pagar a los acreedores que aceptaron la reestructuración de la deuda, en cumplimiento de los compromisos adquiridos, según ha anunciado el ministro argentino de Economía, Axel Kicillof.
El ministro ha detallado que el pago, que vencía el próximo lunes, "supera los 1.000 millones de dólares" (734 millones de euros). De no haberlo satisfecho, y transcurrido un periodo de gracia de 30 días, Argentina habría entrado en quiebra.
Asimismo, ha reiterado la decisión del país de "honrar su deuda con el cien por cien de los acreedores, de manera justa, equitativa y legal".
Se temía que Argentina no pudiera hacer frente a sus obligaciones crediticias tras el fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos que deja en firme la decisión de tribunales inferiores que le condena a pagar los 1.300 millones de dólares (980 millones de euros) que debe a los bonistas que no se sumaron a la reestructuración.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha expresado su intención de pagar a todos los acreedores pero, para ello, ha pedido al juez federal estadounidense Thomas Griesa que "genere las condiciones adecuadas".
Argentina confía en iniciar una negociación "de buena fe" con los fondos de inversión estadounidenses, a los que denomina "fondos buitre", para llegar a un acuerdo que le permita pagar también a los bonistas que se sumaron a las reestructuraciones de 2005 y 2010.
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