sábado, 7 de junio de 2014

El miedo al terrorismo golpea al turismo de safari, sol y playa en Kenia

NAIROBI.- El miedo desatado a nivel internacional a que un gran ataque terrorista vuelva a azotar Kenia está debilitando uno de los sectores más boyantes del país: el turismo de safari, sol y playa que cada año atrae a miles de visitantes de todo el mundo.

Las alertas emitidas en el último mes por las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Australia en las que aconsejaban a sus ciudadanos no viajar a Kenia ante una inminente amenaza terrorista, han golpeado duramente al sector.
"Se pueden ir si quieren. No tenemos miedo. Haremos nuestras propias cosas aquí. Promoveremos el turismo interno e iremos en busca de otros turistas de otras naciones", afirmó el pasado mes el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, quien no esconde sus sospechas a que esta reacción internacional tenga un trasfondo político.
Pese a este intento de minimizar la amenaza, el temor a que se repita un asalto similar al que perpetró el grupo terrorista somalí Al Shabab el pasado septiembre contra el centro comercial Westgate de Nairobi y que causó al menos 67 muertos, es bien visible.
Tras las alertas de las embajadas, dos operadores británicos evacuaron a más de 400 turistas y cancelaron hasta octubre todos sus viajes a Mombasa, la capital de la costa y la segunda más importante del país.
El miedo internacional también se ha dejado ver en las playas de arena blanca y los complejos turísticos cosmopolitas que recorren la exótica costa keniana, donde ha disminuido el flujo de turistas.
"Más de 4.000 trabajadores han sido despedidos recientemente, pero no como una consecuencia directa de la amenaza terrorista, sino en gran parte porque estamos en temporada baja", explicó el director ejecutivo de la Asociación de Hoteleros y Catering de Kenia (KAHC), Sam Ikwaye.
No obstante, Ikwaye reconoció que las alertas emitidas por las embajadas han dañado al sector aunque, en su opinión, no existe una amenaza "real" en Kenia.
"La amenaza terrorista es global, no solo afecta a Kenia. Por eso creo que las alertas emitidas por las embajadas, más que a razones de seguridad, responden a motivos políticos", añadió el responsable de KAHC.
El presidente keniano, procesado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad y cuya victoria en las elecciones de 2013 fue recibida con suspicacia por EEUU y Europa, ha asegurado que el servicio nacional de inteligencia no cuenta con información que justifique la evacuación de turistas.
Pero tan solo unas horas después de que empezaran a sacar a los visitantes británicos del país, dos explosiones en un mercado del barrio somalí de Nairobi causaron diez muertos y 76 heridos.
"Todo esto sale en las noticias y lógicamente nos afecta", afirmó el presidente y fundador de la compañía de viajes Kobo Safaris, el español Gabriel González.
"Los turistas nos piden explicaciones, hemos tenido algunas cancelaciones y el número de reservas ha bajado. Respecto al mismo periodo del año pasado, hemos perdido un 30 % de las reservas", agregó González.
Kenia y, especialmente, Mombasa han sido objeto de constantes ataques desde que, en octubre de 2011, el Ejército keniano entró en Somalia para combatir a Al Shabab, milicia a la que acusó de varios secuestros en su territorio.
Además, los atentados a menor escala se han intensificado en Kenia a raíz de una campaña policial iniciada en abril y que se saldó con miles de detenciones y deportaciones masivas de ciudadanos somalís, incluyendo refugiados y niños.
De hecho, el pasado 22 de mayo Al Shabab, que en 2012 anunció su adhesión formal a la red terrorista Al Qaeda, advirtió en un mensaje radiofónico que llevará la guerra a la vecina Kenia.
Pese a ello, González consideró que "no hay ningún problema de seguridad en las zonas de los parques naturales ni en las rutas turísticas que organizamos en las grandes ciudades. Si no, no traeríamos a los turistas".
Además, el impacto de esta nueva ola de ataques, según advirtió la agencia de evaluación de riesgos Moody's, podría perjudicar a la solvencia del país.
"Los constantes incidentes de seguridad y la renovada inestabilidad política, que han frustrado sustancialmente el turismo y la inversión extranjera, podrían ejercer una presión a la baja sobre la calificación de Kenia", aseveró Moody's en un informe publicado la pasada semana.
Ante esta situación, el Gobierno keniano se ha visto obligado a buscar alternativas para frenar la racha negativa del sector, que en 2013 ya perdió el 7 % de los turistas internacionales debido, en gran parte, al impacto del asalto al Westgate.
Aparte de promover el turismo nacional con incentivos, Kenia ha lanzado una gran campaña para captar a un millón de turistas chinos con el apoyo de su gran aliado internacional, el Gobierno de Pekín, que mantiene negocios millonarios en el país africano.
A través de la campaña "Keep calm and go to Kenya" ("Mantengan la calma y vayan a Kenia") en las redes sociales, muchos kenianos y residentes extranjeros también han querido hacer frente a esta alarma internacional para enviar el mensaje de que el peligro real se suele magnificar desde la distancia.

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