miércoles, 11 de junio de 2014

Los mercados dan un espaldarazo a Portugal pese al veto del Constitucional

LISBOA.- Los mercados dieron hoy un nuevo espaldarazo a Portugal en su primera emisión de deuda a diez años tras salir del rescate, prueba de que la situación general de Europa pesó más en sus decisiones que las adversidades a nivel nacional.

La incertidumbre a nivel político y económico que genera el veto del Constitucional a varios de los ajustes aprobados por el Gobierno luso para este mismo año, y que le obligará a plantear medidas alternativas, no pareció tener impacto alguno entre los inversores, en contraste con lo que ocurrió con otras sentencias similares.
El optimismo que se respira actualmente en los mercados con motivo de las medidas de estímulo aprobadas la semana pasada por el Banco Central Europeo hizo que el Tesoro luso incluso ampliase el montante a colocar hasta los 975 millones de euros, 225 más del máximo previsto.
La demanda prácticamente triplicó la oferta inicial y el interés se fijó en el 3,25 por ciento, la menor tasa registrada en una subasta de obligaciones lusas a diez años por lo menos desde 2005, tres años antes de que diera comienzo la crisis internacional.
Esta rentabilidad también es inferior a la exigida en la última emisión de este tipo de títulos realizada por Portugal antes de cerrar oficialmente su programa de asistencia internacional -el pasado 17 de mayo-, cuando la penalización se situó en el 3,57 por ciento.
La subasta fue considerada un éxito por la mayoría de analistas y supone un motivo de esperanza para el país, que al decir adiós a la troika recuperó su autonomía financiera, lo que en la práctica le hace depender de los resultados de sus emisiones de deuda.
Lisboa se vio abocada a pedir el rescate en abril de 2011 precisamente debido al continuo aumento de la presión que ejercían los mercados.
En su última subasta antes de solicitar la ayuda de la troika, pagó por sus obligaciones a este mismo plazo una penalización del 6,8 por ciento, una tasa considerada insostenible por los expertos.
El regreso a las emisiones de deuda a diez años se produce en un momento de especial tensión entre los partidos lusos, con el debate público monopolizado por la decisión del Constitucional de anular por sexta vez algunos de los recortes aprobados por el Ejecutivo.
Hoy mismo, el ministro de Solidaridad, Seguridad Social y Empleo, Pedro Mota Soares, dejó un mensaje a los jueces al subrayar que la "previsibilidad" es una condición "muy importante en un país" como Portugal, que optó por una salida "limpia" de su rescate, sin más apoyo de sus socios europeos.
El Gobierno portugués, de signo conservador, apuntó directamente al Alto Tribunal como una causa de inestabilidad debido a sus vetos, lo que provocó una enorme polémica que todavía perdura.
El fallo obliga a presentar medidas alternativas que compensen el impacto en las cuentas públicas de los ajustes censurados, con un valor máximo de 1.300 millones de euros.
La sentencia pone en cuestión los objetivos de reducción de déficit público a los que se comprometieron las autoridades lusas, por lo que la UE y el FMI suspendieron temporalmente la transferencia del último tramo del préstamo de 78.000 millones de euros que concedieron a Portugal, equivalente a unos 2.600 millones de euros aproximadamente.
Desde la oposición, el líder del Partido Socialista, António José Seguro -inmerso a su vez en una batalla interna por retener la secretaría general- defendió hoy que la menor presión de los mercados debería reflejarse en un "alivio de los sacrificios" a los que están sometidos los portugueses.

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