SANTANDER.- El presidente saliente de la Comisión Europea, José Manuel Durao
Barroso, se despachó hoy en una de sus últimas intervenciones contra los
Gobiernos nacionales y en concreto contra el español y el Banco de
España, que, dijo, no realizó una supervisión correcta del sistema
financiero antes de que estallara la crisis.
"Siempre que preguntábamos
cómo estaba la banca en España y cómo estaban las cajas, la respuesta
del Gobierno señalaba que todo era perfecto", explicó Durao Barroso
durante la conferencia inaugural del seminario 'La Europa que deja la
crisis' organizada por la Asociación de Periodistas de Información
Económica (Apie) en la UIMP.
El presidente de la Comisión recordó que
las autoridades españolas hablaban del Banco de España como 'el mejor
banco central del mundo'. "No decían que fuera el segundo mejor, no, era
el primero", ironizó Barroso en un torpedo directo a la supervisión que
Miguel Ángel Fernández Ordóñez hizo como gobernador del Banco de
España.
Durao Barroso, que ha sido durante diez años presidente de la
Comisión Europea, intentaba exculpar a Europa y al euro de ser los
responsables de la crisis, en un momento en que los populismos
antieuropeos han cosechado cientos de miles de votos en las elecciones
al Parlamento Europeo.
¿Por qué hubo la crisis? ¿Fue la Unión Europea o fue la burbuja
inmobiliaria, el excesivo endeudamiento, los desequilibrios
macroeconómicos?, se preguntó Barroso. Su respuesta no dejó paso a la
ambigüedad: "La supervisión era nacional. Hubo errores muy importantes
de supervisión y eso tiene que ser asumido. No fue culpa de la señora
Merkel ni del FMI", enfatizó el hasta ahora máximo representante del
Ejecutivo europeo.
A Durao Barroso parece que se le ha acabado la paciencia a pocas
semanas de pasar el testigo de la presidencia de la Comisión. Acusó a
los Gobiernos de practicar una "esquizofrenia política" cuando en sus
países renuncian a avalar y defender las decisiones que se han adoptado
en los Consejos europeos. Barroso denunció que para los gobernantes ha
sido más fácil durante estos años de crisis decir a sus electores que
las decisiones duras las imponía Bruselas y que, en realidad, ellos no
querían aplicarlas.
Sin embargo, eso "es falso" porque todas las
decisiones "son aprobadas democráticamente en el Consejo Europeo y en el
Parlamento", afirmó Barroso en la Universidad Internacional Menéndez
Pelayo. "Decisiones tomadas en conjunto, luego dicen en su país que no
están de acuerdo. Tenemos un problema muy serio de responsabilidad",
concluyó Barroso. Esa falta de respaldo y de apoyo efectivo a la
Comisión Europea está detrás del euroescepticismo y del rechazo a Europa
que se ha traslucido en las elecciones recientes, en opinión de
Barroso.
Barroso receta la solución para recuperar
el apoyo de los ciudadanos: "Resultados". En especial, reducir el paro,
crear empleo y crecer. "No vamos a descubrir la rueda. Es esencial que
nos concentremos en resultados y no en discusiones teológicas sobre la
finalidad de Europa".
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